Cammarano murió a mediados del año 1852 antes de terminar el libreto.
Esto dio al compositor la oportunidad de proponer revisiones significativas, que bajo su dirección realizó el joven libretista Leone Emanuele Bardare,[4] y se ven en gran medida en la ampliación del papel de Leonora.
El mismo Verdi, por otro lado, intervino personalmente sobre los versos finales de la ópera, abreviándolos.
El año 1857 Verdi revisó la partitura a raíz de su estreno en París, añadiéndole un ballet.
Salvatore Cammarano era un libretista con talento y respetado, pero sus ideas estilísticas corrían por otros caminos.
Era costumbre que las óperas comenzaran con un coro, pero, entre otras, esta no era la idea para El trovador.
Verdi formulaba ideas avanzadas para la ópera italiana de su época, Cammarano adoptó una postura conservadora y no le dio lo que esperaba de él: el resultado, se puede comprobar, es exactamente lo contrario a la idea original.
Ocho días antes de morir, Cammarano llegó a completar Di quella pira.
Se necesitaba con urgencia un hombre de letras para acabar la faena - faltaban partes del tercer acto y la totalidad del cuarto- y hacer cambios de último momento.
Emilia Goggi fue Azucena y Giovanni Guicciardi el conde de Luna.
Después de la tercera representación, una multitud que empuñaba antorchas acompañó al maestro a su hotel, y una pequeña banda tocó bajo su balcón música hasta la madrugada.
[8] El elenco incluyó a Lodovico Graziani como Manrico y Adelaide Borghi-Mamo como Azucena.
[8] Verdi hizo algunos cambios en la partitura para el estreno francés de Le trouvère incluyendo el añadido de música para ballet en el Acto III y varias revisiones que se centraron en la música de Azucena, incluyendo una versión ampliada del final del Acto IV, para adecuar a la cantante del papel Borghi-Mamo.
Campamento de gitanos.Mientras Manrico se sienta junto al lecho de su madre, Azucena, los gitanos cantan el coro del yunque: "Vedi le fosche notturne" / "¡Ved El cielo infinito lanza su oscuridad.").
Ella es la hija de la gitana quemada por el conde y, aunque vieja, sigue rumiando su venganza.
Manrico le cuenta a Azucena que cuando luchó con su hermano y tuvo la oportunidad de matarlo, sintió una fuerza sobrenatural que le impidió hacerlo (Dúo: "Mal reggendo" / "Él estaba indefenso bajo mi salvaje ataque").
Llega un mensajero diciendo que Leonora, que cree a Manrico muerto, está por entrar a un convento y tomar el velo esa misma noche; Manrico intentará impedirlo, lanzándose en su búsqueda.
La llevan ante el conde, siendo reconocida por Ferrando como la gitana que raptó a su hermano.
Leonora intenta liberar a Manrico, que ha sido capturado por el Conde de Luna (Aria: "D'amor sull'ali rosee" / "En las alas rosadas del amor"; coro y dúo: Miserere / "Señor, apiádate de esta alma").
Manrico intenta calmar a su madre, quien no puede conciliar el sueño, su mente recuerda los días más felices en las montañas (Dúo: "Ai nostri monti ritorneremo" / "De nuevo regresaremos a nuestras montañas").
Pero él rechaza dejar la prisión, cuando se entera de que Leonora no le podrá acompañar.
Al mismo tiempo que Azucena, el conde grita desesperado "E vivo ancor!"