Aunque estudió súmulas, lógica y física durante tres años, acabó graduándose en Artes hacia 1639 por la Universidad de Alcalá.
Sus primeros trabajos, los entremeses El poeta o La Perendeca, son ya de la época estudiantil.
Autores y actores dan algunas señas para comprender la gran estima que se tuvo por el escritor en su época.
Con todo, no es cierto que frenara su producción teatral al ordenarse sacerdote, según afirma Nicolás Antonio.
Desde finales del XVI y durante todo el siglo XVII en Europa, el teatro fue la actividad social por excelencia en torno a la cual se reunía tanto la aristocracia como los que vivían de sus manos, y por supuesto una creciente burguesía que iba configurando la clase media.
Al igual que las obras, sus autores son también numerosísimos y su nómina difícil de delimitar.
Destaca especialmente como un fino cincelador de caracteres, un gran observador y un maestro del diálogo gracioso, elegante e inteligente.
En ella un enamorado galán decide escarmentar a la mujer esquiva cuyo amor persigue, desdeñosa con todos sus pretendientes, haciéndose igualmente desdeñoso y esquivo, con lo que viene a suscitar su curiosidad y, por fin, su amor.
Para ello recurre a los sabios consejos de su criado, que conoce bien la naturaleza humana.
Se le considera ejemplo de comedia palatina, un género o un subgénero dramático que representa un mundo cortesano, artificial y estilizado, donde la trama la protagonizan personajes pertenecientes a la realeza y nobleza de la alta sociedad con títulos.
El teatro de Moreto está visto desde la perspectiva del pueblo antes que desde la estilizada óptica aristocrática.
Por ello el papel del gracioso -en este caso el personaje de Polilla, anteriormente mencionado- es tan importante en sus obras, y bien se podría considerar que la mezcla entre lo trágico y lo cómico se inclina en el caso de este autor hacia la risa del espectador, del propio público.
Advirtiendo la inutilidad de adoptar las actitudes tradicionales, comienza a mostrar total desafecto por la dama.
Destacable también que Molière -autor mencionado anteriormente- compuso La princesse Élide (1664) a partir de El desdén, con el desdén, la cual repuso en Versalles numerosos cambios en un presuntuoso espectáculo cortesano, con baile y música.
Los estudiosos de Moreto han destacado su teatro breve por un empleo del humor que excede las intenciones meramente burlescas para retratar los vicios y defectos de la sociedad tardobarroca con una hondura que parece indicar una intención ulterior moralizante.
A través de estos tipos marginales se miran, amplificados, los defectos de la colectividad española: Lobato afirma que, si bien puede defenderse cierta voluntad regeneracionista, el objetivo primordial es la burla y la risa.
Agustín Moreto tiene en los géneros cómicos su ámbito predilecto, y en ellos realiza sus mayores despliegues de talento dramatúrgico.
Así, los componentes fantásticos son casi inexistentes, y hay un gran respeto a la verosimilitud.
Los personajes, por su parte, mantienen una notable continuidad psicológica a lo largo de las obras: es poco común que haya grandes virajes.
Según Roberta Alviti y María Luisa Lobato,[8] conservamos dieciocho comedias en que Moreto haya tomado parte con total seguridad (gracias a testimonios), sin contar otras tantas que le han sido atribuidas por motivos estilísticos o estéticos.
Se realizaron comedias de dos, tres, seis y hasta nueve ingenios.
Por último está Santa Rosa del Perú, última obra conocida de Moreto: es probable que solo pudiera escribir las dos primeras jornadas antes de que le sorprendiera la muerte y fue completada por Lanini y Sagredo.