En el cónclave tenido luego del concilio, eligieron a Alejandro V.
Inmediatamente le sucedió Juan XXIII, dando muestra de que los pisanos no darían marcha atrás a sus pretensiones.
Luego de Segismundo, el antipapa Juan XXIII confirmó la convocatoria.
El voto por naciones fue en gran medida iniciativa de los miembros ingleses, alemanes y franceses,pero durante febrero de 1415 se llevó a cabo y en adelante fue aceptada en la práctica, aunque nunca autorizada.
Los diputados españoles, inicialmente ausentes, se incorporaron al cabildo en la vigésima primera sesión, constituyendo a su llegada la quinta nación.
Fue capturado por la guardia imperial, hecho prisionero y, puesto que debía su nombramiento original a una autoridad conciliar, acató finalmente la decisión.
Ante la situación, Benedicto XIII abandonó los planes de sumarse al concilio y huyó desde Aviñón a Peñíscola, en la costa valenciana.
Los teólogos Jan Hus, John Wycliff y Jerónimo de Praga fueron condenados como herejes.
Los restos de Wycliff, que llevaba ya varias décadas muerto, fueron exhumados y transportados a Constanza, donde fueron quemados.
La reacción no se hizo esperar en Bohemia, donde la revolución husita tendría la región en conflicto permanente hasta la guerra de los Treinta Años.
[3] En Constanza se debatió también la acusación, realizada por los caballeros Teutónicos, de que Polonia albergaba y defendía activamente a paganos.