No obstante, se cree que estas herramientas pudieron desempeñar un papel muy importante para la supervivencia de estos grupos.
Hubo cambios significativos con respecto a los neandertales, como una tecnología y caza más especializada, poblaciones menos nómadas, la optimización en la gestión de recursos o el desarrollo del arte.
La Cova del Parpalló, en Gandía, es un referente a nivel mundial en este tipo de arte, destacando la gran cantidad de plaquetas decoradas, y en las que con bastante frecuencia se encuentran marcas y motivos decorativos en azagayas, punzones o arpones.
Los períodos glaciales del Paleolítico Superior concluyeron y el planeta entró en la época geológica actual, el Holoceno.
[15] Entre los recursos consumidos se encuentran de montaña (cabra montesa, jabalí, conejo), vegetales (frutas, bayas, raíces), y marinos (pescado, caracoles, bivalvos).
Sin embargo, en torno al 6.500 a. C. este tipo de talla es sustituida, y comienzan a predominar los elementos geométricos en las herramientas.
Las evidencias indican que la agricultura se basaba sobre todo en la producción de trigo, cebada y leguminosas.
[24] Los primeros pobladores de este período se asentaron en regiones donde aparentemente no existen yacimientos epipaleolíticos.
En ella se han hallado numerosas cerámicas, que mediante la prueba del carbono-14 en restos de cereales carbonizados, se han datado entre el 5750 y el 5050 a. C.[17][26] En las primeras etapas del Neolítico el arte rupestre, también denominado arte parietal, comenzó a adquirir una mayor relevancia en todo el territorio levantino.
El más antiguo, denominado arte Macroesquemático, está estrechamente asociado a las primeras poblaciones neolíticas.
[27] El arte Macroesquemático se concentra sobre todo en la región comprendida por las sierras de Aitana, Mariola y Benicadell.
La agricultura se desarrolla, los asentamientos son cada vez más complejos, y las sociedades comienzan a jerarquizarse.
La cerámica es el material más abundante, aunque también son significativos los útiles de piedra y hueso.
Surge la metalurgia, siendo el rasgo distintivo principal de este período, y se inicia tímidamente la producción textil.
También se criaban, aunque en menor proporción, cerdos, caballos, o bueyes, este último también utilizado como animal de tracción para el arado.
[51] La cerámica se caracteriza por ser de escasa calidad y por poseer poca o nula decoración.
[55][50] La aparición y el desarrollo de la metalurgia conforman la característica principal del período, aunque esta no explica por sí misma todos los cambios socioeconómicos que acontecieron.
Además, las herramientas de bronce se podían fundir y volver a producir, reutilizando el material.
Al contrario que en otras culturas, como la argárica, donde la metalurgia producía generalmente objetos metálicos de adorno, en el Bronce Valenciano los materiales desempeñaban una función más práctica.
[61] Fue hallado en 1963 por el arqueólogo José María Soler García, durante unos trabajos de extracción en la Rambla del Panadero, próxima a Villena.
[63][62] En la actualidad se encuentra depositado en el Museo Arqueológico de Villena y constituye su pieza más importante.
Se cree que el autor o autores del tesoro pudieron ser locales, dado su parecido con el Tesorillo del Cabezo Redondo, que con bastante probabilidad se realizó en el poblado prehistórico de Cabezo Redondo, lo cual indicaría un importante foco cultural en esta región.
En ocasiones, al lado de los poblados se localizan cuevas donde enterraban a los difuntos, siendo característico del Bronce Valenciano.
[67] En general, los poblados no presentan ninguna estructura urbanística particular, con excepción del Mas de Menente (Alcoy).
[45] Durante el Bronce Final la variedad agrícola en los cultivos adquiere una mayor importancia, introduciéndose especies como el lino, en el yacimiento de Cabezo Redondo (Villena), o el mijo, documentado en Mola d'Agres (Agres, Alicante).
Además, surgen grupos ganaderos de elevada movilidad, los cuales ocupan temporalmente algunos asentamientos nuevos.
[72] Está documentada una crisis en los asentamientos, que fueron abandonados de forma progresiva a finales del Bronce Tardío.
500 a. C. - 218 a. C.), aunque durante este período las culturas prerromanas imperan y se desarrollan en la región, dentro de lo que ya puede considerarse protohistoria.
En lo referente a la agricultura, se introducen nuevas especies como el olivo o la vid, que consolidan el sedentarismo.
En cuanto a la ganadería, aparte de un pequeño aumento en el tamaño del ganado no se identifican grandes cambios respecto al período anterior.