Sin embargo la zona donde se asienta esta sierra no pertenecía a la Edetania, más bien pertenecía a la Contestania, con capital en Saití y una segunda más que probable que es Cocentaina.Por otro lado, puesto que frecuentemente existe una barrera (alto fondo) entre la plataforma y el talud, en ella se localizan formaciones coralinas, que han sido localizadas desde el Eoceno inferior hasta el Mioceno.La sierra presenta un relieve extremadamente accidentado y fuertes pendientes, con laderas de tipo cantil-talud.Las heladas son frecuentes durante los meses invernales, y abarcan un período temporal relativamente amplio, sobre todo en las zonas más elevadas de la sierra.Las nevadas, finalmente, suelen visitar la sierra casi todos los inviernos, aunque su incidencia es muy variable entre un año y otro.Estratigráficamente, los materiales que afloran a la sierra se encuentran desde el Cretáceo hasta el Mioceno.Estas fallas confieren a esta ladera N de la sierra una morfología escalonada.También se puede acceder, usando el mismo sendero PR-CV-21, desde el área recreativa de la Fuente del Arbre.En un futuro “geológicamente inmediato” estos bloques terminarán por deslizar por la ladera norte de la sierra.A lo largo de la misma se pueden observar bloques antiguos deslizados que en su día debieron formar simas parecidas.Estas simas ya fueron citadas por Cavanilles hace casi doscientos años (en Lacarra et al., 1997): “Es indudable que Aitana ha padecido conmociones violentas, y aun hoy conserva monumentos y efectos de ellas.[3] El sistema se recarga exclusivamente por infiltración del agua de lluvia en la zona montañosa donde afloran las calizas, posteriormente la circulación del agua subterránea se da de O-E.La descarga natural se produce donde existe el contacto entre las formaciones acuíferas y los materiales impermeables de su base.De hecho, por su superficie y la relativamente escasa presencia humana, Aitana ha representado un importante papel como refugio de especies que ha enrarecido extremadamente o que han desaparecido en otras sierras próximas.Aquila fasciata, gavilanes, Perdiz roja, halcones, búhos y otras rapaces planean por encima de estos terrenos, en los que también anidan mochuelos, lechuzas, cornejas, cuervos, tordos, petirrojos, mirlos, vencejos y golondrinas.Por último, en Aitana se pueden encontrar especies endémicas de gran valor biogeográfico.En las áreas mesomediterráneas menos elevadas y ligeramente más secas encontramos carrascales densos, en los que predominan la encina (Quercus rotundifolia), pero también especies caducifolias como Fraxinus ornus o Cytisus heterochrous en enclaves más protegidos.Constituyendo orlas en las partes más bajas y zonas soleadas se encuentran fragmentos de coscojares (Quercus coccifera) con espinos y aladiernos (Rhamnus lycioides, Rhamnus alaternus), que alternan con aulagar-romerales (con Ulex parviflorus, Erica multiflora, Ononis rentonarensis, Helianthenum cinereum subsp.En las laderas más elevadas y umbrías orientadas al norte encontramos algunos ejemplares de robledales mixtos con encinas, junto a otras especies caducifolias como el arce (Acer granatense), fresno (Fraxinus ornus) o el serbal (Sorbus aria), que constituyen pequeñas poblaciones de gran belleza y majestuosidad.Entre los arbustos dominan especies como Prunus spinosa, Cotoneaster granatensis, Rosamyriacantha, Crataegus monogyna, Berberis australis o Lonicera etrusca.En la Microrreserva se encuentran protegidas las plantas y los sustratos sobre las que éstas crecen (suelo, roca, etc.).Posteriormente, la hija del matrimonio, será madrina de Aitana Sánchez Gijón, nacida en Roma durante el exilio comunista de su padre, lugar a dónde en 1963 se habían exiliado el poeta y la escritora.
Aitana nevada.
Canchales y frare en la parte alta de Aitana.
Vistas de algunas de las simas.
Arroyo junto a la Fuente de Partagat.
Gavilán volando.
Vegetación caducifolia en la Fuente de Partagat.
El valle de Guadalest y Aitana desde el castillo de Guadalest.