[1][2][3][4] Se corresponde con la mayor parte del Pleistoceno, época geológica que abarca las últimas glaciaciones y todo el Paleolítico arqueológico.
Es también la fase prehistórica más rica en especies de homininos y en ella está representada casi toda la evolución humana.
La columna vertebral y las extremidades inferiores se alargaron, mientras el dedo gordo del pie comenzaba a perder la capacidad de agarrar cosas que tienen los demás primates.
Muchos hallazgos más se han realizado a lo largo de la falla del Rift y sus grandes lagos.
El hominino identificado en estos yacimientos ha sido denominado Homo habilis y su industria lítica ha venido a llamarse olduvayense.
Tales industrias son muy sencillas y consistían en unos simples guijarros a los cuales se les efectuaban unas extracciones mediante unos pocos golpes, con el fin de producir un filo cortante (ver más abajo).
Fue la primera especie de la familia Hominidae que abandonó los medios más o menos forestales, para adaptarse a un ecosistema abierto, la sabana.
[8] La aptitud de los homininos para desarrollar y transmitir tradiciones culturales es más importante para su supervivencia que las adaptaciones biológicas.
[17][15] Para otros, H. erectus habría fabricado bifaces en Europa y Asia occidental y desarrollaría una tradición diferenciada, aunque primitiva, en el resto de Asia; la casi ausencia de evolución técnica en esta región podría ser debida a que sólo utilizaban sus cantos tallados para elaborar útiles especializados en bambú, una materia prima que difícilmente se podría haber conservado hasta nuestros días.
[19] Hasta hace poco tiempo, se creía que H. habilis había evolucionado en H. erectus y después en Homo sapiens.
Allí, en la Gran Dolina, se han encontrado los fósiles más antiguos (por el momento) de Europa, datados en 800 000 años e identificados como una especie distinta, Homo antecessor (por su carácter pionero en colonizar el continente europeo).
Otros investigadores discrepan, al igual que pasa con los yacimientos de Torralba y Ambrona, en Soria (España).
[22] A lo largo del Pleistoceno medio se produjo un incremento de la encefalización humana en todo el Viejo Mundo.
Los cerebros de los H. erectus del Asia oriental también crecieron, pero algo menos, llegando a tener unos 1200 cm³.
[25] La mayor lentitud en el aumento encefálico y en la tasa de cambio cultural de H. erectus ha llevado a pensar a algunos investigadores que su cerebro tenía una capacidad cognitiva limitada y su función era más bien adaptativa, multiplicando la redundancia neuronal para así resistir mejor la fatiga provocada por el calor.
[26] El Paleolítico inferior, como todos los demás periodos prehistóricos, debe su definición a la presencia de unas tipologías tecnológicas concretas, en su caso líticas.
Olduvai es particularmente importante a la hora de interpretar los procesos relacionados con la subsistencia en los primeros tiempos del Paleolítico inferior: gracias al estudio de los restos animales allí encontrados se ha podido determinar que los homininos tempranos obtenían carne mediante el carroñeo.
Entre estos estilos técnicos estarían: Durante las fases finales del Achelense se fue extendiendo el uso del percutor blando hasta que se llegó a la talla Levallois, que dio paso a las industrias musterienses y al Paleolítico medio.