Descubrieron una acumulación de huesos que inspeccionaron someramente, solo en la base del pozo, renunciando a descender por la rampa.El 25 de septiembre se hace público el descubrimiento en la prensa local, y el 28, el grupo Edelweiss cierra el cruce entre la Cueva del Silo y la Cueva Mayor, que se encuentra a pocos metros de la Sima, para evitar los pillajes.Durante las excavaciones del 90 y el 91 se estudiaron estos restos, lo que permitió el descubrimiento de nuevos fósiles, entre otros, varios dientes pertenecientes a la mandíbula AT-1.[4] Actualmente, para acceder a la Sima hace falta recorrer medio kilómetro desde la entrada al complejo Kárstico principal, la Cueva Mayor.Esta vía se cegó poco después por seguridad y para restringir el acceso a la Sima.Esta pendiente desciende en dirección oeste y acaba en una sala baja de unos 27 m², coronada por un conducto vertical que se va estrechando durante varios metros hasta quedar obturado por roca arenisca.Esta hipótesis es más probable cuanto que aún pueden apreciarse arañazos en la base del pozo, como en otros ejemplos de aven, donde los osos sobrevivían a la caída y después intentaban salir.Se considera que el 7% de los restos humanos fueron desplazados hacia la superficie durante las primeras excavaciones no profesionales en la Sima.El estudio concluyó que las fracturas visibles fueron en su mayoría producidas post mortem por la caída en el aven y por la presión de las capas sedimentarias superiores.Su análisis es esencial para aclarar las diferencias y similitudes con otros fósiles, e identificar mejor las etapas de la historia humana.[41][14] Las marcas de violencia letal están bien documentadas en el Neolítico, pero son más raras en épocas anteriores.Se aprecia un impacto importante en el parietal izquierdo, recibido cuando el hueso no estaba seco, quizá a causa de la caída en el aven tras su muerte, o bien en vida de su propietario, en cuyo caso, según sus características, habría sido probablemente causado por otro individuo.[1] El maxilar izquierdo presenta signos de una infección crónica que podría haber sido ocasionada por un impacto violento.Este traumatismo, junto con la infección de varios dientes fracturados, podría haber causado la muerte por septicemia.[49] En 2015, la reconstitución del cráneo 17 permitió identificar dos impactos en el hueso frontal, cuyo análisis revela que su causa es humana con toda certeza.Además, mientras que las fracturas rectas que presenta el resto del cráneo son típicas de roturas post mortem en huesos secos y se deben sobre todo a la presión sedimentaria, los dos agujeros provocados por los impactos están bien localizados y tienen contornos suaves con pocas fracturas radiales, indicios también de un traumatismo perimortem sucedido mientras el hueso aún poseía las propiedades físicas normales.[2][8] Adicionalmente, las estadísticas muestran que los impactos desde el frente suelen estar asociados a violencias interpersonales.[53] La forma tribosfénica de las coronas molares muestra su proximidad a los neandertales, así como algunas características propias.[56] En paleoantropología, es otro aspecto del análisis dental lo que ilustra la preferencia manual: el dibujo de la abrasión visible en ocasiones sobre los dientes anteriores.Si necesitan cortar un objeto, en ausencia de herramientas modernas, la sujetan con los dientes anteriores por un lado y la estiran con una mano desde el otro.Por ejemplo, el conocido gen FoxP2, cuya ausencia provoca la incapacidad de formular o entender un discurso, es idéntico en los neandertales y su ancestro común con el Homo sapiens.Se concluye que el obstáculo genético no impide una gramática básica en una época temprana de la evolución humana.[58] Es más, la elocución que posee el humano moderno exige una configuración concreta del hueso hioides en la laringe.[59] El estudio de las cervicales, que permite prolongar 5 vértebras en el cráneo 5, muestra su carácter intermedio entre Neandertal y humano moderno.Estas estimaciones deben tomarse con mucha prudencia, ya que aunque la fórmula da buenos resultados, las muestras siguen siendo escasas, y en toda población se producen variaciones, con individuos mucho más altos o más bajos que la media.Los calcáneos son largos, como en los neandertales, y sugieren que el ancestro común tenía un peso considerable.[41] Esta reconstrucción fue revaluada en 2010, cuando se añadieron cuatro vértebras lumbares, lo que la convirtió en la pelvis humana mejor conservada de todo el registro fósil.[22][20] No obstante, se han podido establecer los vínculos entre distintos representantes del género Homo.[22] Cuando Torres descubrió la Sima en 1976, la taxonomía previa al hombre de Neandertal y al Homo sapiens era poco clara: el concepto vago de Homo heidelbergensis, para el que se proponen numerosas definiciones, se convirtió en una cronoespecie por defecto para los fósiles que preceden a los neandertales.[21] Sin embargo, el Homo heidelbergensis tiene numerosas definiciones concurrentes, y su holotipo, que es una única mandíbula, no permite comparar ningún otro rasgo.
Mandíbula AT-1, primer fósil oficialmente descubierto en la Sima de los Huesos, expuesto en el
Museo Geominero
de
Madrid
.
Plano de los yacimientos de la
sierra de Atapuerca
, con la Sima de los Huesos en el extremo sur de la Cueva Mayor
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Corte longitudinal de la Sima de los Huesos con sus chimeneas, entre ellas el pozo C2, que parte de la terraza de la Sala de los Cíclopes (reproducción a partir de un
escáner 3D
).
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1
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El cráneo 17, reconstituido en 2015, fue fracturado por dos impactos a los que no siguió ninguna
consolidación ósea
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Posición del
hueso hioides
(en rojo) en el esqueleto humano moderno
El
astrágalo
y el
calcáneo
reciben el peso del cuerpo y lo transmiten al resto del pie, de forma que su aspecto también orienta sobre la estatura general
Hipótesis de reconstrucción de los distintos linajes humanos recientes propuesto en 2016 según el ADN encontrado en la Sima de los Huesos
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