Hendidor

El segundo método consiste también en preparar el núcleo con lascados previos, pero esta vez planificando sólo parcialmente la lasca-soporte, en concreto su parte más importante: el filo.

El resultado es una lasca con una morfología y tamaño relativamente previsto, cuyo filo es exactamente tal como había planeado el artesano (el resto se acomoda con retoques posteriores).

Los estudios realizados sobre hedidores tanto del Paleolítico Inferior en África y España, como del Paleolítico Medio, sobre todo en España (a través de experiencias de talla y análisis tecnotipológicos), indican que todos los hendidores fueron fabricados sobre lascas total o parcialmente predeterminadas.

[7]​ Geográficamente, hemos consignado que el hendidor es un utensilio fundamentalmente africano, aunque también se da en el suroeste de Europa, donde incluimos, evidentemente, la península ibérica; igualmente se encuentra en Oriente Medio y la India (siempre en proporciones significativamente inferiores a las africanas).

Esta tipología se realizó en 1956,[2]​ pero fue ampliada en 1967 para incluir nuevos tipos, al apreciarse otros procedimientos de extracción que no habían sido contemplados inicialmente.

Aparte la clasificación tipológica, al estudiar un hendidor, hay que poner mucho celo en numerosos aspectos:[9]​ Desde hace décadas existían fundadas sospechas sobre que ciertos utensilios líticos se desgastan y son reafilados para poder seguir usándolos: a veces en la misma función, a veces con otra diferente.

En un principio, a los artefactos resultantes, si estos estaban tan reafilados que apenas era reconocible su origen, los denominó, «hendidores reavivados transformados en cantos tallados»,[11]​ pero, a medida que se fue conociendo mejor el fenómeno (apareciendo en otro yacimientos del Musteriense con Hendidores, como la capa "Alfa" de la cueva de El Castillo,[12]​ y del Paleolítico Inferior como Vega de Chiquero (Aldea del Rey, Ciudad Real) o la Cruz del Tío Ignacio (Zamora),[13]​ se decidió que, aunque la expresión canto tallado no era incorrecta, era demasiado vaga, por lo que fue sustituida por el término «exhendidor», mucho más explícita.

Un exhendidor es un utensilio cuyo soporte es un hendidor desechado (seguramente porque el desgaste de su filo lo haga inservible, pero puede ser por otros motivos) con una talla somera, generalmente más tosca que la del artefacto inicial (pues, es otra fase de la cadena operativa), más sencilla, casi siempre con percutor duro, con unos pocos lascados mono o bifaciales que reavivan el filo.

No obstante, el hendidor pierde su idiosincrasia con este procedimiento, al suprimirse el filo, la parte que le da personalidad, esa personalidad tan singular, se convierte en una pieza tan ambigua como para ser denominada con toda corrección canto tallado; sobre todo si este tosco avivado es continuado y repetido.

Hendidor de sílex cuya parte cortante es el filo natural de la lasca (deteriorado por golpes fortuitos, no intencionales) y el resto retocado (procede del yacimiento soriano de Torralba )
Hendidor sobre lasca cortical predeterminada sin preparación previa, por lo que un solo lascado de retoque basta para terminar la pieza
Distribución geográfica del Hendidor, los puntos indican las zonas de mayor concentración, el área roja señala dónde este es conocido
Exhendidor, es decir, un antiguo hendidor, cuyo filo ha sido reavivado por medio de una talla somera monofacial que lo convierte en el equivalente a un canto tallado sobre lasca