Una raedera es un útil lítico prehistórico fabricado sobre una lasca (en sentido amplio), con uno o varios bordes trabajados por retoques, generalmente escamosos y monofaciales (salvo excepciones), continuos y muy regulares, que suelen ocupar todo el borde de la lasca, formando un frente funcional (corte) uniforme, sin irregularidades (cóncavo, rectilíneo o convexo), que pudo servir tanto para raer (raspar: movimiento transversal), como para cortar (movimiento longitudinal).
[1] Generalmente el retoque no sirve para afilar el borde, pues las lascas tienen, por naturaleza, filos cortantes; sin embargo estos son muy frágiles; es decir, el retoque es un modo de recuperar un borde dañado o de reforzarlo para una tarea costosa.
En definitiva, el frente de una raedera debe ser cortante, regular y resistente.
Sin embargo, pese a que no son muy abundantes, las raederas aparecen mucho antes, durante el Paleolítico Inferior y sobreviven, aunque sean ya más escasas, hasta periodos muy recientes de la Prehistoria.
Dentro de esta definición general hay numerosas variantes que se determinan por el tipo de retoque, la localización y número tangentes y las que sí los tienen, que reciben el nombre específico de Raederas convergentes (muy parecidas a las puntas musterienses, pero con la zona apical roma) que, además, pueden tener variantes aún más precisas como las Raederas desviadas y las Raederas con retoque alterno.