Es el único género superviviente de una familia antaño muy próspera y diversa.
Los caballos y los asnos han sido domesticados por el hombre desde la Antigüedad, lo cual ha originado numerosas razas, pero las cebras mantienen su estado salvaje.
Son animales esbeltos, con las patas largas acabadas en un único dedo, resultado del gran desarrollo del dedo central (tercero) y de la reducción y desaparición de los demás, que persisten , a lo sumo, como rudimentos.
En los asnos salvajes, el pelaje es grisáceo, pero en las cebras posee una característica coloración a base de bandas claras y oscuras.
Poseen entre 36 y 42 dientes, según la fórmula dentaria I 3/3, C 0-1/0-1, P 3-4/3 M 3/3; entre los incisivos y los premolares existe un amplio diastema dividido en dos por los caninos, cuando existen, ya que faltan generalmente en las hembras.