Se encuentra exclusivamente en Kenia y el sur de Etiopía, desde el río Tana hacia el norte, y hacia el noroeste hasta la orilla este del lago Turkana, existiendo hoy únicamente varios miles de ejemplares.
Se asocia a cebras comunes formando manadas mixtas en las que predominan las Grévy.
Pasta todo tipo de hierba, incluso aquella que es demasiado tosca para el ganado.
[5] Durante la sequía prolongada, puede cavar en los cauces secos en busca de agua subterránea.
Su sociabilidad es similar; sin embargo, la cebra de Grévy es territorial y forma grupos abiertos, no cohesionados.
Al contrario que en la cebra común, el aseo recíproco es casi inexistente.
Los machos territoriales vecinos frecuentemente socializan en las fronteras mediante una serie de rituales, y en ocasiones se producen peleas en las que los machos luchan presionando sus cuellos, mordiendo a su adversario e intercambiando patadas y coces.
A partir de los seis años, los machos jóvenes pueden delimitar su propio territorio.
Los pequeños carecen del instinto necesario para esconderse y se convierten entonces en presa fácil para los depredadores.
El único potro alumbrado es capaz de erguirse sobre sus patas varios minutos después de nacer, y transcurrida una hora comienza a trotar, aunque sus patas son tan largas que tiene que separarlas para llegar con la nariz al suelo.