Esta cultura arqueológica fue descubierta y definida a finales del siglo XIX por los hermanos Siret.
[4] Además del poblado epónimo, los Siret descubrieron otros como El Oficio, Fuente Álamo, Gatas o Ifre, todos ellos situados en Almería y Murcia.
[5] Posteriormente han sido descubiertos y excavados muchos más asentamientos con características similares, situados en lugares elevados y bien protegidos, por lo que inicialmente se pensó que los núcleos argáricos eran todos así, pero han comenzado a aparecer más poblados, de menor tamaño, ubicados en el llano.
[8] También su cronología está sujeta a controversia, pero se suele aceptar el intervalo calibrado entre 2300 y 1500 a. C.[10] o 2250-1600 a. C.,[11] aunque otros autores rebajen su antigüedad al 2000-1100 a. C.[12] Las primeras cifras señalan una cierta convivencia con los grupos calcolíticos hasta 2250, en unos momentos marcados por la inestabilidad, con una decadencia demográfica y material, así como niveles de destrucción en algunos asentamientos.
[10] Aunque algunas aldeas calcolíticas pervivieron durante la Edad del Bronce (casos de Gatas o Fuente Álamo), éstas fueron reconstruidas siguiendo un patrón totalmente diferente.
[16][17] La reconstrucción del medio ambiente argárico ha sido objeto de disputas y hay diferentes opiniones.
Ciertos poblados presentan estructuras defensivas como murallas y torres, pero la mayoría no las necesitaban debido a su estratégico emplazamiento en altura.
Las ofrendas funerarias presentan grandes diferencias entre ellas y su análisis ha permitido plantear la hipótesis de jerarquización social.
[11] Estos enterramientos suelen ser individuales, pero, en ocasiones, incluyen a dos o incluso tres personas de una misma familia en una cista.
La cebada predominaba claramente frente al trigo, las leguminosas o el lino, que se cultivarían en los suelos más fértiles.
Casi todo la zona argárica es rica en filones metalíferos y estos serían explotados por núcleos especializados en tales actividades.
Los estratos intermedios tendrían también un carácter subordinado respecto a estos, siendo explotados en menor grado, de manera colectiva e indirecta.
Las mujeres aparecen en algunos enterramientos con ofrendas del máximo nivel, como diademas de oro, pero en ningún caso armas como alabardas o espadas, sino puñales y punzones, más asociados a los procesos económicos.
Tal restricción ha sido interpretada como subordinación del género femenino al masculino en cada uno de los correspondientes niveles sociales, valorándose más su papel productivo que el reproductivo.
[29] La sociedad argárica practicaba la exogamia y la patrilocalidad, es decir que las mujeres jóvenes abandonaban su pueblo natal para mudarse al de su marido.
La centralización en estos asentamientos de las producciones metalúrgica y cerámica permitió a los dirigentes estandarizar las manufacturas en todo el espacio argárico.
Así, los autores consideran que la institucionalización de la explotación económica basada en la fuerza, la delimitación territorial y su expansión a lo largo del tiempo, así como la uniformidad material son características de sociedades estatales, lo que los lleva a considerarla como tal.
[20] Según él, de las tres premisas básicas para la definición del Estado, dos estarían claramente representadas (un ámbito geográfico y un pueblo), pero la tercera no (su gobierno).