El relieve del municipio es bastante irregular, con numerosos barrancos y ramblas que se dirigen hacia la costa, donde se encuentra el Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca.
La altitud oscila entre los 664 metros al sur, en la Sierra de los Santos, y el nivel del mar.
Son notables las estaciones prehistóricas de su término y los numerosos hallazgos ibéricos.
Su pujanza en todos los órdenes hizo que en 1575 se le anexionasen a su término los de los antiguos castillos de Albalat (topónimo menor referente a un lugar del norte del término) y Miravet, motivo por el que adoptó entonces como escudo un castillo con tres torres.
Posiblemente Miravet, si atendemos a su etimología, debió ser un monasterio de monjes guerreros musulmanes dedicados a la guerra santa, y seguramente Sufera (cuyo significado es peñasco) parece ser el enigmático Azafuz citado en un documento de Pedro I del año 1100 y como tal entidad, quedó absorbido por el vecino y prepotente Miravet después de la conquista.
Una vez conquistados Miravet y Sufera se produce la repoblación con cristianos todo el territorio.
Hoy en día Albalat y Miravet, están en ruinas, pero su historia está muy presente entre las gentes de la comarca.