El sentido que en la época tuviera la pertenencia a España, un concepto geográfico e histórico, más allá del sentimiento protonacional[30] que pudiera haber en mayor o menor medida en unas u otras zonas y unos u otros grupos sociales e intelectuales; era mucho más evidente visto en perspectiva europea.
[31] La Corona de Aragón, que había mostrado una extraordinaria vitalidad urbana y económica en el siglo XIV, a pesar de la crisis general (Valencia o Barcelona eran mucho mayores que las ciudades castellanas); entró en una grave decadencia en el siglo XV.
Se produjeron terribles luchas sociales en los condados catalanes, enfrentando a propietarios y rentistas frente a artesanos textiles (conflicto barcelonés de La Biga y la Busca); mientras que el durísimo régimen señorial desencadenó la Guerra Remensa.
La oposición interior más significativa fue la del marqués de Villena, cuya represión se confió al maestre de Santiago y a una rebelión antiseñorial estimulada por los reyes; y la que Ferrán Arias mantuvo en Utrera, duramente reprimida.
El arrendamiento de impuestos y rentas reales se realizaba a recaudadores (habitualmente judíos, como los Senior).
Las tácticas incluyeron el ataque a objetivos económicos, dinámicos movimientos de tropas y asedios múltiples simultáneos.
Finalmente las islas quedaron en la parte castellana del Atlántico definida en el Tratado de Alcáçovas.
La organización eclesiástica, basada en el Patronato regio (como en Granada y América) tuvo su cúspide en la diócesis de Canarias.
[26] El lema atribuido a Fernando Paz entre cristianos y guerra contra infieles, además de su carácter propagandístico, resumía un programa evidente.
Juan II impuso como heredera a su hija Leonor, casada con Gastón IV de Foix.
El temor papal de verse rodeado por los franceses, al norte y sur de Italia, le hizo convocar una "Liga Santa" en la que, junto a los Estados Pontificios, estaban Milán, Venecia, Austria y España.
Fernando esperaba gobernar directamente, pero en el trono napolitano se sucedieron Ferrante II y Fadrique.
Ya existía un puerto norteafricano en manos de un reino cristiano peninsular: Ceuta, conquistada por Portugal en 1415.
Tras casi dos años de regencia, Cisneros falleció mientras viajaba hacia Santander, donde estaba previsto el desembarco del nuevo rey.
El dinero necesario para garantizarse la elección (en la que competía con Francisco I de Francia) le había sido adelantado como préstamo por Jakob Fugger, una apuesta financiero-política que convirtió a su casa en la banca más próspera del mundo, basada en su provechosísima relación con España y las Indias, donde se les castellanizó su nombre (Fúcares).
La decadencia demográfica y económica del reino había sido constante desde el siglo XV.
Los agermanats mallorquines, con un discurso igualitario, lograron el control de toda la isla, derrotando la resistencia nobiliaria.
Fue necesario enviar una flota imperial que restauró la situación anterior mediante una severa represión (finales de 1522).
Las rentas ordinarias de la Corona no eran suficientes, por lo que constantemente se recurría al crédito, condicionando los recursos futuros.
Hubo también recursos extraordinarios o enajenaciones, de consecuencias sociales más importantes que su relativa rentabilidad para el Tesoro.
Un último matrimonio (1570-1580, con su sobrina Ana de Austria, veintidós años menor que él) le permitió conseguir un heredero varón (el futuro Felipe III, nacido en 1578) tras las extrañas circunstancias en torno a la muerte del príncipe Carlos (1568), que suscitaron todo tipo de especulaciones.
»Apostaré que el ánima del muerto, por gozar este sitio, hoy ha dejado la gloria donde vive eternamente».
donde el mundo le acompaña viene a morir en España, y es en Génova enterrado ... ¡Poderoso caballero es Don Dinero!
[85] Los Austrias del siglo XVII (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) son conocidos historiográficamente como los Austrias menores, porque su reinado coincide con la época de decadencia, y tal denominación atribuye a los propios monarcas buena parte la responsabilidad.
El sistema político heredado de un "rey burócrata" como Felipe II estaba basado en la constante intervención en numerosísimos asuntos de la figura del rey, que asumía todo el poder concentrado en la monarquía autoritaria y como elemento común a todos los reinos.
Aún no está España convalecida en todos sus miembros de su ojeriza contra la Francia.
Se laminó la influencia de los equipos ilustrados más capaces, incluyendo a científicos, militares y estadistas de alto nivel y extracción internacional, desaprovechándose prometedores proyectos emprendidos con alto coste (Jovellanos, Betancourt, Malaspina, Humboldt, Proust).
Notablemente, el género histórico fue característico de las principales películas producidas durante la posguerra española.
Alfonso VII eligió el título de Imperator totius Hispaniae (la monarquía astur-leonesa utilizó en la documentación títulos o expresiones de raigambre romano-visigoda, como imperator, flavius, rex magnus, princeps magnus e incluso basileus (Menéndez Pidal, op.
La denominación informal "tercer rey de España" se aplicó en algunas ocasiones a distintos personajes.
ducados de a dos,
que Monsieiur de Xebres
no topó con vos.
Doblones de a dos
enhorabuena estedes
que con vosotros
no topó Xebres. [ 48 ]
En el proceso del Brocense , un estudiante legista, llamado Juan Pérez, acusa al Maestro Sánchez de «hablar de Erasmo con elogio, refiriendo el dicho de un canónigo de Salamanca: «Quien dice mal de Erasmo, o es fraile o es asno»; y... que si no hubiera habido frailes las obras de Erasmo fueran buenas, y no habría nada vedado en ellas».
Paradójicamente, la construcción de tan elevado número de barcos (127 solo para la Armada de 1588, a los que hay que sumar los de la flota de Indias -una armada real de seis u ocho galeones para la " Flota de Tierra Firme " y dos galeones para la " Flota de Nueva España ", capitana al frente y almiranta en retaguardia desde 1561, en el denominado sistema de flotas y galeones [ 71 ] que pervivió hasta la segunda mitad del siglo XVIII -, la Armada del Mar del Sur -desde 1580-, el galeón de Manila -desde 1565- y las galeras del Mediterráneo; además de los barcos mercantes y pesqueros) tuvo consecuencias medioambientales trascendentes: la deforestación de las laderas pirenaicas (abetos para los mástiles, sabinas para las cuadernas), el incremento de la desertización ya iniciada de territorios como los Monegros e incluso la formación del Delta del Ebro . [ 72 ] Otro tópico muy extendido es considerar como una ajustada comparación con la realidad social española el destino de los árboles en España: "ser santo o ser barco". Un refrán, citado por Cervantes, explicitaba la tríada de trayectorias vitales concebibles para la movilidad social ascendente: Iglesia, mar, o Casa Real . [ 73 ] Yo envié mis naves a luchar con los hombres, no contra los elementos. [ 70 ]
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