Los caprichos

En la primera mitad presentó los grabados más realistas y satíricos criticando desde la razón el comportamiento de sus congéneres.En la segunda parte abandonó la racionalidad y representó grabados fantásticos donde mediante el absurdo mostró visiones delirantes de seres extraños.Carlos IV paralizó las ideas ilustradas y apartó de la vida pública a los pensadores más avanzados.Quedó sordo, al principio no veía bien, andaba dificultosamente con problemas para mantener el equilibrio.Se refería a pinturas pequeñas muy originales de temas como la Inquisición o el manicomio y otras populares.Se trata de comentarios punzantes y, a menudo, con un doble significado en la mejor tradición literaria española.Así en las colecciones reales se encontraban las obras de el Bosco, donde sus extrañas criaturas seguramente eran hombres y mujeres cuyos vicios los habían convertido en animales que representan sus defectos.[17]​ Goya precisó aprender a grabar pues entonces los pintores no conocían esta técnica, más bien se consideraba un trabajo de artesano.La técnica habitual en España era el grabado a buril que precisaba diez años de aprendizaje.Empleó ambas técnicas simultáneamente, era algo novedoso y consiguió unos grabados que son bastantes parecidos a las pinturas.En general, el anuncio parece mostrar ciertas reservas y precauciones ante posibles acusaciones sobre su contenido, como de hecho ocurrió.[15]​ Es preciso resaltar la situación ambivalente de Goya, cercano a los ilustrados, pero fuertemente relacionado con el poder tradicional como pintor del rey y de su aristocracia, que le permitió solicitar el auxilio del rey y obtener su protección.Como la obra era enigmática pronto surgieron comentarios manuscritos contemporáneos que se han conservado, intentando dar sentido a las láminas.[31]​ La segunda edición pudo ser realizada entre 1821 y 1836, impresa ya como todas las siguientes por la Real Calcografía Nacional.Las planchas ante tantas ediciones se encuentran muy fatigadas y algunas ya no pueden reproducir los efectos inicialmente previstos.Además en el Museo del Prado hay cinco dibujos con signos de haber sido reportados a planchas.Goya se limitó a mostrar escenas tenebrosas aparentemente cotidianas ideadas en unos escenarios extraños e irreales.En la segunda parte muestra grabados fantásticos donde abandonó el punto de vista racional y siguiendo la lógica del absurdo pintó visiones delirantes con seres extraños.[36]​ Un segundo grupo critica los convencionalismos sociales, Goya lo hace deformando hasta la exageración los rasgos de los que encarnan los vicios y torpezas humanas.Pero conforme avanzan las láminas estos se van transformando en seres siniestros cuyas actividades no tiene nada de inofensivas.Las diferencias entre ambos las señala M. Paul-André Lemoisne: Rembrandt dominaba el oficio de grabador, habitualmente comenzaba sus croquis directamente sobre la plancha, tal como hacen los pintores-grabadores.Mediante las aguatintas conseguía en la composición contrastes muy fuertes, pues sus negros destacan las luces violentamente, produciendo efectos de gran dramatismo.[48]​ El tránsito al grabado tampoco tiene un método uniforme, pero de forma sistemática retocaba buscando remarcar su mensaje.[48]​ A lo largo de la serie, se aprecia como fue adquiriendo dominio en traspasar el dibujo al grabado.Es difícil con la mentalidad actual entender esta sátira, si analizamos los rostros quizás convengamos que están tramando algo, el del cuello estirado parece vigilante, poco más.El manuscrito del Prado tampoco aclara nada: «Esto de tener las uñas largas es tan perjudicial que aún en la brujería está prohibido».Así el manuscrito de Ayala señala que «los empleados ladrones se disculpan y tapan unos a otros».[27]​ El color de la tinta ha ido variando: ligeramente rojiza en la primera edición y en las siguientes se empleó sepia, negra o azul.Así inspiró a la generación de Kandinsky, que había dejado la contemplación exterior para volverse introspectivos.Los Caprichos, para Malraux, se debaten entre la realidad y el sueño, constituyendo una especie de teatro imaginario.
Capricho n.º 1 .- Como preludio de sus Caprichos, Goya se retrató mostrándonos al autor de esta serie de sátiras sobre la sociedad española de su tiempo. Se representó en actitud satírica y como un personaje importante.
Goya criticó en esta estampa la violencia en la educación de los niños.
Los ilustrados creían que la educación podía corregir los defectos y errores humanos.
«13.-Están calientes.» (Detalle) En este grabado, cuyo primer dibujo preparatorio pertenece al Álbum B , se aprecian las novedades que introdujo en el citado álbum y que empleó con profusión en los Caprichos: claroscuro, uso expresionista y no realista de la luz iluminando solo los puntos a destacar, leyenda ambigua y mensaje visual múltiple
Su relación con la duquesa de Alba inspiró sus sátiras sobre la inconstancia de la mujer en el amor y su impiedad con los amantes.
Dibujo del Álbum A de la Duquesa peinándose .
Tinta china lavada
En principio Goya tenía previsto que fuera la portada de sus grabados. Aquí se retrató de forma muy diferente a como finalmente decidió presentarse en el inicio de los Caprichos: abstraído, medio dormido y rodeado de sus obsesiones. Un búho le alcanza los útiles de dibujar, señalando claramente la procedencia de sus invenciones.
En el dibujo preparatorio, pensado como Sueño, dice: «... El Autor soñando. Su intento solo es desterrar vulgaridades perjudiciales y perpetuar con esta obra de caprichos, el testimonio sólido de la verdad». [ 13 ]
«23 (detalle).- Aquellos polvos.»
...«trajeron estos lodos».
Parece ser que la Inquisición entendió que el lema iba dirigido, no al reo como a primera vista parecía, sino al tribunal. Por este motivo, la obra fue delatada a la Inquisición.
Esta escena posiblemente está inspirada en un Auto de Fe sobre brujería celebrado por la Inquisición en Logroño en 1610.
Goya emplea los efectos de luz para resaltar las zonas de máxima expresividad. Las aguatintas consiguen poderosos contrastes pues sus negros hacen resaltar las luces violentamente, produciendo efectos de gran dramatismo.
El chupado y soplado de niños descritos en las prácticas brujeriles del Auto de Fe de Logroño fue interpretado por Goya en varios dibujos y grabados. [ 57 ]
Autorretrato de Goya de 1795.