¡Que se la llevaron!

Existen varios manuscritos contemporáneos que explican las láminas de los Caprichos.

El que se encuentra en el Museo del Prado se tiene como autógrafo de Goya, pero parece más bien despistar y buscar un significado moralizante que encubra significados más arriesgados para el autor.

Otros dos, el que perteneció a Ayala y el que se encuentra en la Biblioteca Nacional, realzan la parte más escabrosa de las láminas.

[1]​ El dibujo preparatorio a la sanguina, conservado en el Museo del Prado, el árbol de detrás se ha suprimido en el grabado profundizándose la llanura desolada.

[3]​ El dibujo del Álbum B número 61 se puede considerar un antecedente de este grabado.