¡Qué sacrificio!

Existen varios manuscritos contemporáneos que explican las láminas de los Caprichos.El que se encuentra en el Museo del Prado se tiene como autógrafo de Goya, pero parece más bien despistar y buscar un significado moralizante que encubra significados más arriesgados para el autor.Desde el cartón La boda, pintado en 1792 para la última serie de tapices, siempre lo trata con ironía.Sobre las letras casi borradas hay superpuesta una leyenda más remarcada que reza: Sacrificio de interés.[4]​ Esta estampa es una de las pocas que el pintor firmó, siempre en la esquina inferior izquierda.