Basándose en la obra del español Tirso de Molina El burlador de Sevilla y convidado de piedra, la obra presenta a un personaje infiel, seductor, libertino, blasfemo, valiente e hipócrita: Don Juan, un señor noble y vividor que vive en Sicilia, colecciona conquistas amorosas, seduciendo a jóvenes de la nobleza y a sirvientas con el mismo éxito.
Lo único que le interesa es la conquista y abandona a las mujeres tan pronto las goza.
Le gustan los desafíos, además del sexo con mujeres, hasta el desafío final: la cena con la estatua del Comendador que se lo llevará al más allá.
Molière alimenta la ambigüedad sobre sus intenciones al describir a un personaje que no es totalmente negativo.
Por otro lado, su cinismo y su hipocresía están hechas para repugnar al espectador.