El burlador de Sevilla y convidado de piedra

Sin embargo, si aceptamos la opinión mayoritaria respecto a la autoría y la fecha, no podrá considerarse el personaje de don Juan inspirado en la vida de Mañara, ya que este nació en 1627 y la obra se editó solo tres años después.

Mientras se encuentra lejos de Sevilla, lleva a cabo otra burla, interponiéndose en el matrimonio de dos plebeyos, Arminta y Batricio, a los que engaña hábilmente: en la noche de bodas, don Juan llega a parecer interesado en un casamiento con Arminta, Batricio le cree y se deja llevar por el engaño.

Según Youssef Saad, el don Juan de España es una figura auténticamente española, pero tiene muchas semejanzas con una figura árabe, Imru al-Qays, quien vivió en Arabia durante el quinto siglo: como don Juan, era un burlador y un seductor famoso de mujeres; como el don Juan de Zorrilla, fue rechazado por su padre por sus burlas y también desafió abiertamente a la ira divina.

Según Víctor Said Armesto, las raíces literarias de don Juan se pueden encontrar en los romances gallegos y leoneses medievales.

Tras esta acuñación del personaje de don Juan Tenorio, El Burlador de Sevilla como llega él a llamarse, se dan varias reinterpretaciones del mito, como el Don Juan de Molière, cuyo Don Juan no solo roza los límites de la más cínica arrogancia, sino que también nos muestra un personaje con un gran escepticismo religioso, lo que es una gran distinción con el del dramaturgo español.

En el romanticismo se dio un nuevo rumbo al mito; unas veces se une al tipo primitivo y otras a la expresión de la vivencia personal de creadores cuya vida tuvo que ver con la del seductor.

Aunque el don Juan romántico pierde con respecto al primitivo ya que a veces llega a mostrarse como un simple juguete del destino y hasta se enamora sinceramente, dejando de ser el mito eterno del cínico seductor que fácilmente olvidaba para volver a seducir.