Después se saqueó la ciudad mientras la población abandonaba el lugar, que no fue incendiado: los holandeses pensaban quedarse en una plaza de tan alto valor estratégico, ya que los portugueses eran sus máximos competidores entre las potencias colonizadoras de ultramar.
En el año 1624 la llamada «Tregua de los doce años» había llegado a su fin; los holandeses deseaban sacar el máximo provecho al reiniciar las hostilidades y pensaban quedarse con el comercio de azúcar en la región.
El asedio se prolongó durante un mes hasta que los holandeses se rindieron y las tropas españolas tomaron 18 banderas, seis naves, 260 cañones y 500 quintales de pólvora; recuperaron además las mercancías saqueadas al tomarse la ciudad, valoradas en 300.000 ducados.
Por el bando español falleció el maestre de campo Pedro Ossorio, seis capitanes y 65 soldados.
Unos meses después arribó a Salvador de Bahía otra flota holandesa de 34 buques que desconocía que el asedio español había concluido en victoria y fueron rechazados.