[1] El poderío naval español menguaba, falto de barcos y dinero, al tiempo que el holandés crecía y le permitía a las Provincias Unidas acometer ataques tanto contra la costa española como en los territorios de ultramar.
[2] El almirante Haultain zarpó de los Países Bajos en 1606 con una flota que debía recorrer la costa ibérica.
[4] Las fuentes españolas afirman que los holandeses tenían sesenta[5] o setenta[6] barcos con los que recorrían el mar entre las Azores y la costa de Portugal y desde Lisboa al cabo de San Vicente.
[5][4] Haultain dobló el cabo para interceptar a la Flota del Tesoro española.
[13] Haultain intentó socorrerlo con otros cinco navíos, pero la violencia de la acometida española lo impidió y deshizo la formación: los barcos holandeses abandonaron el intento se auxiliar al vicealmirante y se retiraron desordenadamente.
Únicamente dos marineros sobrevivieron a la explosión, que fueron rescatados por los españoles, aunque murieron al poco tiempo de las heridas.
[13] La Flota del Tesoro que Haultain había esperado en vano apresar llegó sin incidentes a Sanlúcar pocos días después, con copiosos aportes para la apurada Hacienda.