Batalla de Cabañas

Los buques de Ibarra llegaron a la Isla Tortuga, habitual refugio de filibusteros extranjeros, y allí encontraron sus asentamientos y plantaciones vacíos mientras los piratas estaban ausentes en sus incursiones, por lo que los españoles arrasaron el lugar.

Sin embargo, el navío holandés resultó tan afectado por la descarga española que inmediatamente se alejó, tratando de mantener la distancia.

Finalmente, tras ocho horas de duro cañoneo entre ambas armadas, los holandeses se retiraron tras haber perdido 7 buques y otros tantos quedar gravemente dañados.

El 3 de septiembre, los holandeses volvían a la carga, en esta ocasión con solo 10 buques de los 17 iniciales contra los 7 galeones españoles, una urca y un patache, limitándose al cañoneo a media distancia.

Aún en retirada y siendo superior, la flota neerlandesa siendo superior perdió la ambición de un tercer ataque, ante lo cual Ibarra desafió al enemigo, deteniendo su escuadra para esperarles y hasta iluminando su barco de noche para indicar su posición.

La Flota llegó a puerto el 24 de septiembre de 1638, donde se desembarcaron los caudales y mercancías, y tras ello se realizaron grandes celebraciones en honor a la victoria.