Literatura de Paraguay

Gracias a ello se acelera el proceso de reconstrucción nacional en términos literarios, musicales y escenográficas.Debido a que esta segunda "comunidad" se alza en armas cuando Miranda residía en Asunción y cuando ya no existía la primera Buenos Aires, las coplas debieron de ser escritas en 1544 o después, en la que iba a llamarse la "ciudad comunera" por antonomasia.A continuación se ve cómo el vencedor Martínez de Irala trató a los alvaristas o "leales": Martín del Barco fue Influido por el anticomunero Miranda, de modo que simpatiza con Alvar Núñez y se muestra severo con Irala y sus aliados.Uno de ellos fue recogido por el escritor español Ciro Bayo hacia 1910, en una estancia paraguaya donde aún era recitado por los peones.No se podía entrar ni salir del Paraguay y la sola tentativa de abandonar el país era castigada con la muerte.Las instituciones de cultura fundadas en 1812 por la Junta, como la Sociedad Patriótica Literaria, la Academia Militar y el Seminario Conciliar, fueron todas abolidas.El crítico Miguel Ángel Fernández estima que Rafael Barrett se inserta en la Generación del 900 rioplatense, al cual contribuye con una labor de particular acento ideológico y valiosos rasgos artísticos.En ese sentido, Barrett se inserta en la mejor tradición literaria pero, por otra parte, anticipa con el testimonio de su vida y su literatura, los planteamientos del existencialismo contemporáneo, tal como se ofrecen en ciertas obras de Albert Camus o Jean Paul Sartre.Con la aparición del grupo literario "Vy'a Raity" se avizora la primera señal de la innovación estética.Este grupo sería, sin lugar a dudas, el pilar de la Generación del 40, a la que también se incorporan algunos poetas sociales como Julio Correa, Carlos Garcete Bogado, Arístides Díaz Peña, Arnaldo Valdovinos, Carlos Miguel Jiménez, Félix Fernández Galeano, Darío Gómez Serrato, Víctor Montórfano, Facundo Recalde, Manuel Verón de Astrada, Pedro Encina Ramos, Antonio Ortiz Mayans, Teodoro Mongelós, Néstor Romero Valdovinos y Gerardo Halley Mora.Sin embargo, hay casos en que la autocensura pintó una actitud evasiva para contrarrestar el peligro de morir con un verso en la garganta.Entre las actividades que cumplió la Academia Universitaria se cuenta la presentación de conferencias dictadas por destacadas figuras nacionales e internacionales.Los poetas del 60 tenían la expresión triste, patética, como presagiando la larga noche dictatorial que comenzó a madurar.Esta generación está conformada por Francisco Pérez Maricevich, Luis María Martínez, Esteban Cabañas, Miguel Ángel Fernández, Roque Vallejos, Jacobo Rauskin, Osvaldo González Real, Mauricio Schvartzman, José Antonio Pratt Mayans, Carlos Martínez Gamba, Modesto Escobar Aquino, Raquel Chaves, Renée Ferrer, Víctor Casartelli, Nilsa Casariego, Gladys Carmagnola, Miguel Ángel Caballero Figún, William Baecker, Juan Bautista Rivarola Matto, Víctor Jacinto Flecha, Rudi Torga, Lino Trinidad Sanabria, Aurelio González Canale, Noemí Ferrari de Nagy, Lilian Stratta de Napout y Elly Mercado De Vera.En esta década, sectores íntegros del alumnado paraguayo, así como las masas obreras y campesinas, eran víctimas de constantes persecuciones.En términos políticos, el sector servil del Partido Colorado ya había eliminado de sus filas a los elementos pensantes que sí poseían rigurosidad intelectual.Estos espacios literarios reunían también los trabajos de autores más jóvenes que ensayaban la crítica y la narrativa.Tanto Aníbal Miranda como numerosos escritores e investigadores retrataron de manera rigurosa la semblanza del régimen stronista.Los autores representativos de este periodo son Mario Rubén Álvarez, Moncho Azuaga, Mario Casartelli, Pedro Céspedes, Sabino Giménez, Gladys Casaccia, Osmar Sostoa, Jorge Gómez Rodas, Amanda Pedrozo, Lito Pessolani, Lisandro Cardozo, Victorio V. Suárez, Enrique Denis, Darío Benítez Palmieri, Delfina Acosta, Susy Delgado, Mabel Pedrozo, Ramón Silva, María José Vallory, Merardo José Benítez, Ricardo de la Vega, Carmen Casartelli, Jorge Aymar, Miguel Ángel Meza y Marcos González.Los poetas y narradores no integrantes del Taller que también reflejaron el espíritu de la generación ochentera son María Eugenia Garay, Juan Pastoriza, Alfredo Rojas León, Raquel Saguier, Gloria Muñoz Yegros, Luis Ughelli, Nila López, Lourdes Espínola, María Elina Olmedo, Gilberto Ramírez Santacruz y Cristian González Safstrand.Los miembros primerizos que buscaron esto son Alberto Luna, Iván Ramón González, Domingo Aguilera, Pedro Maidana, Diana Lesme, Carlos López y Walter Rojas.Los años 1990 presentan una rara nomenclatura, pues por un lado aparece un grupo que si bien no corresponden a la edad en términos generacionales, es en este periodo de transición cuando se ve una alta producción literaria, especialmente en narrativa.Este grupo está compuesto por Fernando Pistilli, Romualdo Santacruz, Tory Lubeka, Miguel Ángel Caballero Mora, Anuncio Martí, Juan Carlos Rodríguez Guerrero, Derlis Mereles, Chiquita Barreto, Iván González, Francesco Gallinari Sienra, Gilberto Ramírez Santacruz, Andrés Colmán Gutiérrez, Milia Gayoso, Adriana Cardús, Hermes Giménez Espinoza, Luis Hernáez y Michael Brunotte.Cabe destacar experiencias como el colectivo P3F (Poetas de las Tres Fronteras), que nuclea a Douglas Diegues, Cristino Bogado, Edgar Pou y Jorge Canese.A estos dos personajes ciertos intelectuales los señalaban como propiedad del autoritarismo, porque con ello temblaba la raíz ideológica de la dictadura.Aunque el protagonista de ambas creaciones no sea paraguayo, ni su historia no se limite a la región del Río de la Plata, su irrupción en las letras y en la escena del Paraguay despertó el interés por la «prehistoria» nacional; la anterior a su nacimiento en 1811.[5]​ En la actualidad, ha surgido una narrativa potente en las plumas de autores como José Pérez Reyes, Patricia Camp, Javier Viveros, Juan Ramírez Biedermann, Mónica Bustos, Liz Haedo, entre otros.Los miembros que más sobresalen son Justo Pastor Benítez, Arturo Bray, Natalicio González y Pablo Max Ynsfrán.Durante la segunda mitad del siglo XX surgen varios ensayos críticos, filosóficos, sociológicos e histórico-políticos de importancia que sirvieron para ahondar en la realidad nacional.Entre los prolíficos y meritorios autores que usaron el guaraní como medio de expresión se encuentran Narciso Ramón Colman, Leopoldo Benítez, Félix Fernández Galeano, Francisco Martín Barrios, Darío Gómez Serrato, Eduardo Saguier (quien tradujo el poema Martín Fierro), Emiliano R. Fernández, Gumersindo Ayala Aquino y Mariano Celso Pedrozo.
Augusto Roa Bastos , galardonado por el Premio Cervantes en 1989.
Archivo:Libros paraguayos 2018.jpg
Tres libros paraguayos escritos en lengua guaraní: Tatukua por Arnaldo Casco, Angekói por Mauro Lugo, Yvytu yma por Susy Delgado .