Gabriel Casaccia

Ya establecido definitivamente en la ciudad fronteriza argentina, publicó una segunda novela, Mario Pereda, y un año más tarde contrajo matrimonio en Buenos Aires con su prima, Carmen Parola, hija de Juan Parola, otro tío político del escritor, casado con una hermana de su madre, con quien tuvo dos hijos.Con esta obra obtuvo aun un mayor reconocimiento, siendo finalista del Premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral y obteniendo el Premio Primera Plana, organizado por el semanario argentino del mismo nombre y publicada por la editorial Sudamericana, tras lo cual volvió a otro largo período sin editar más libros.Dos años más tarde apareció otra novela, Los herederos, primera obra suya editada en España.Por expreso pedido suyo, sus restos fueron repatriados a Asunción y sepultados en el cementerio de Areguá, bajo un monumento del escultor Hermann Guggiari.Un año más tarde se publicó su última novela, Los Huertas, terminada poco antes de su muerte.En sus obras, estos sufren de un ambiente asfixiante ante el cual cualquier esfuerzo o intento por cambiar o mejorar la situación está fatalmente condenado al fracaso, y que casi siempre desencadena consecuencias trágicas.Todo esto ha llevado a que un autor como Rubén Bareiro Saguier lo llame «novelista de la degradación».Por su parte, el poeta e investigador Roque Vallejos señala: «Desde Barrett, nadie en la narrativa paraguaya había apuntalado tan crudamente la “realidad nacional”.Niño y adolescente, pasó largas temporadas en un pueblecito situado a 30 km de Asunción.¿Será un lugar idílico al que la nostalgia le preste un agregado encanto, una mayor hermosura rústica?Los siete pecados capitales han encarnado en Areguá la más potente versión paraguaya de sus esencias universales...Raúl Amaral, crítico e intelectual de riquísima trayectoria en la cultura paraguaya de este siglo, en la “Introducción” a la novela póstuma Los Huertas, afirma: «Algo importante habrá que recordar para que no se sigan repitiendo inexactitudes, derivadas de una visión negativa o incompleta: Casaccia no procede a la demolición espiritual o creativa de Areguá (y mucho menos del Paraguay) desde sus narraciones, sino que se limita a instalar grupos sociales, personas y hechos asediados por una problemática (una o varias) que tiene indudables raíces universales.