Francisco Pizarro

Pizarro integró la expedición que descubrió el Mar del Sur (Océano Pacífico), empresa liderada por Vasco Núñez de Balboa en 1516.También fue referido como marqués por Pedro Cieza de León en su libro Chrónica del Perú.Sin embargo, el área estaba habitada por indígenas belicosos que usaban armas venenosas, y Ojeda resultó herido en una pierna durante un enfrentamiento.Posteriormente, se unió a la expedición de Vasco Núñez de Balboa, que en 1513 culminó con el descubrimiento del Mar del Sur, conocido más tarde como el océano Pacífico.Algunos historiadores, como Horacio Urteaga, han debatido si Pizarro realmente acumuló una gran riqueza en ese período o si su situación económica era más modesta.El descontento entre los soldados era muy grande; llevaban varios años pasando calamidades sin conseguir ningún resultado.Pizarro intentó convencer a sus hombres para que siguieran adelante; sin embargo, la mayoría de sus huestes quería desertar y regresar.Los incas tenían una leyenda sobre que un día el dios Huiracocha regresaría desde la tierra del sol poniente, una deidad que según ellos vestía de oro y plata, con barba blanca y ojos verdes, y que se había ido a través del océano Pacífico para volver en tiempos de gran necesidad.[6]​ Atahualpa creyó el origen mitológico de los conquistadores y lo tomó como buen presagio en ánimos de acabar con la guerra civil en que estaba sumido el Tahuantinsuyo por la sucesión del emperador Inca Huayna Cápac, muerto por viruela.Al llegar a la fortaleza de Cajamarca la encontraron casi vacía, y la exploraron inquietos temiendo una emboscada.Sin embargo, Atahualpa se encontraba en un manantial cercano con su hermana, sin preocuparse en absoluto por la presencia de los españoles.Los incas nunca habían visto caballos, de modo que los españoles decidieron permanecer en sus monturas, encabritarlos y hacerlos relinchar en presencia del monarca inca.[5]​ Los exploradores habían contado al menos 30 000 guerreros incas, por lo que iniciar una conquista militar sería imposible.En sus expediciones, encontraron desiertos, salinas e incluso hacia el Este, exploraron en la selva del Amazonas.El conquistador la hizo bautizar como Inés Huaylas y tuvo dos hijos con ella: una primera hija a la que llamó como su padre, Francisca Pizarro Yupanqui, y Gonzalo, que murió joven.Atahualpa propuso a Pizarro llenar la habitación donde se encontraba preso, el conocido como Cuarto del Rescate, dos veces, una con oro y otra con plata a cambio de su libertad, lo que Pizarro aceptó.Los súbditos trajeron oro en llamas durante tres meses hacia Cajamarca de todas las partes del reino para salvar su vida.Túpac Hualpa fue el primero de estos "colaboracionistas" y, a su muerte, fue elegido Manco Inca, un hermano de Atahualpa ya leal a Huáscar, quien sin embargo habría resultado cualquier cosa menos maniobrable.Cuzco había sido la capital de los incas, un pueblo montañés cuyos intereses estaban lejos del mar.Los españoles, en cambio, necesitaban un acceso al mar que les garantizara relaciones duraderas con otros territorios.Mientras tanto, su hermano Hernando Pizarro, que había partido a España para entregar el Quinto del Rey a la corona, regresó portando el título de marqués para su hermano Francisco, y el de adelantado para Almagro, al cual se le habían concedido 200 leguas al sur del territorio atribuido a Pizarro.Manco Inca preparaba una revuelta y su antiguo colaborador, Diego de Almagro, amenazó con graves reclamaciones sobre sus derechos lesionados.En eso cayó Francisco Martín con una estocada en el pecho, también los dos pajes y Gómez de Luna.No se retrajo por ello el Marqués, antes bien, pretendiendo desanimar a sus enemigos, siguió combatiendo con más intensidad que antes.Tan animoso se mostró, que Juan de Rada entendió que así no lo vencerían nunca y, recurriendo a un ardid traicionero, tomó a uno de los suyos apellidado Narváez y lo empujó hacia Pizarro; el Marqués lo recibió con su espada, pero el peso del cuerpo lo hizo retroceder, aprovechando entonces los almagristas para penetrar el umbral a la carrera y rodearlo.Sin embargo, las fuerzas no le ayudaron y, todavía consciente, se desplomó sobre el piso ensangrentado.Se ve la impronta de una espada, que entra, corta y fractura el hueso.Coronan este edificio doce elegantes esculturas que representan alegorías de los vicios y virtudes.El escultor estadounidense Charles Cary Rumsey (1879-1922) realizó una estatua ecuestre del conquistador, de la que existen tres copias ubicadas en las ciudades de Trujillo (España), Lima (Perú) y Búfalo (Estados Unidos).Algunos historiadores de la época republicana del Perú, como Raúl Porras Barrenechea, José Antonio del Busto, Manuel Ballesteros Gaibrois y Guillermo Lhomann Villena, han intentado evitar algunos de estos tópicos en sus biografía.
Pizarro tomando posesión del Pacífico en nombre de los reyes de España, pintura de Ignacio Merino (1850)
Pintura que representa a Pizarro capturando a Atahualpa.
Los trece de la isla del Gallo , pintura de Juan Lepiani (1902)
Francisco Pizarro a caballo, óleo de Daniel Hernández Morillo .
Cuarto del rescate de Atahualpa en Cajamarca . Los incas lo llenaron una vez de oro y dos de plata . El botín fue entregado a Pizarro.
Ejecución de Atahualpa, según grabado de A. B. Greene (c. 1891).
El marqués [ 11 ] ​ Francisco Pizarro fue adelantado y primer gobernador de Nueva Castilla , [ 12 ] ​ que fue la base territorial sobre la cual se asentó y expandió el Virreinato del Perú .
Asesinato de Francisco Pizarro a manos de los almagristas, según un grabado del siglo XIX . Una versión muy extendida atribuye a Juan de Rada la estocada mortal en la garganta que acabó con la vida del marqués gobernador.
La muerte de Francisco Pizarro, óleo de Manuel Ramírez ( Museo del Prado )
Tumba de Francisco Pizarro en una capilla ubicada en la nave derecha de la catedral de Lima . Epitafio: Aquí yace el [Marquez] Gobernador Don Francisco Pizarro. Conquistador del Perú y fundador de Lima. Nació en Trujillo de Extremadura, España en 1478 y murió en Lima el 26 de junio de 1541. El cabildo Metropolitano trasladó aquí sus restos el 18 de enero de 1985. Al cumplirse el 450 aniversario de la fundación de la Ciudad. Dios lo tenga en su gloria. Amén
Pizarro en un billete español de 1000 pesetas de 1992