Felipillo o Felipe fue un traductor nativo tallán que acompañó a Francisco Pizarro y Diego de Almagro en sus varias expediciones al Perú durante la conquista del Imperio inca.
Añádase a esto la existencia de numerosos dialectos en los que se diferenciaba, según el lugar geográfico.
A su regreso al Perú, Felipillo siguió sirviendo como traductor para el español cuando la conquista del país estaba en curso, aunque los historiadores coinciden en que la interpretación proporcionada por Felipillo está lejos de ser fiel, o incluso útil para los conquistadores españoles.
La resistencia se hizo más viva cuando los españoles, ya desanimados, decidieron emprender el camino de regreso.
Almagro, que ya albergaba algunas sospechas, envió un destacamento en su persecución y Felipillo fue sorprendido intentando, temerariamente, cruzar un campo de nieve abierto.
Su cuerpo fue descuartizado con caballos y cada una de las partes en que estaba dividido fue colgada en diferentes caminos como advertencia a los indígenas alborotadores.
Felipillo, en este contexto, se habría convertido en un útil chivo expiatorio sobre el que descargar toda responsabilidad.
Felipillo, en estas situaciones manifiesta toda su hostilidad hacia los españoles a quienes considera invasores de la región.