Vila Oma
Cuando camino al Cusco, le informaron las extorsiones y vejámenes que los Pizarro habían hecho al Inka, se indignó tan grandemente que llegando a la ciudad, de inmediato el capitán Anta Allca fue a verlo.Paralelamente a estas previsiones militares, el Inka utilizó también la guerra psicológica con buenos resultados.Estas medidas bélicas y psicológicas prueban plenamente, que el joven Inka no asumió una actitud derrotista ni fue un “fantoche” de los españoles, sino que asumiendo la gran responsabilidad del momento, fue el extraordinario protagonista de la historia épica del Perú.Según varias versiones, el Inca, con astucia y paciencia comenzó a cebar la codicia de este capitán.El capitán español, ofuscado por la codicia, mordió el anzuelo y sin conocimiento de sus hermanos le dejó salir del Cusco e ir a Yucay para que con la mayor presteza, le trajera aquella famosa estatua de Wayna Qhapaq.En resumen, el alzamiento de Manko Inka Yupanki en 1536 tuvo así una indiscutible entraña nacionalista.Pero Wila Oma no cayendo en el juego se mantuvo firme y rechazó airadamente las presiones de Pizarro.Francisco Pizarro, viendo que Vila Oma rechazaba entrar en su juego, entonces lo hizo matar junto a otros capitanes incas capturados, muriendo heroicamente quemado, en el 1540, al Valle de Yucay.