Afrontó, como todos sus compañeros, las duras penalidades que demandó dicha empresa descubridora.
Luego continuaron la exploración costera más al sur, descubriendo Tumbes y llegando hasta las playas del actual departamento de La Libertad (norte del actual Perú).
Cuenta el cronista Pedro Cieza de León que desde el primer momento en que Halcón vio a la Capullana, no aparto su mirada de ella, dando “suspiros y gemidos”.
La curaca preguntó a los españoles por qué no había venido el mismo Pizarro, y ante la respuesta de que se hallaba cansado, decidió ir personalmente para invitarlo a tomar tierra.
Pizarro terminó por aceptar y quedó concertado para el día siguiente la celebración de un banquete.