Capitulación de Toledo

Desde el paralelo en el que terminaba la jurisdicción dada a Pizarro, se le otorgaban a Simón de Alcazaba y Sotomayor otras 200 leguas hacia el sur (hasta los 21°6,5' S), nombrándolo gobernador, capitán general, adelantado y alguacil mayor de la gobernación de Nueva León.

Pizarro estaba convencido de haber descubierto un rico imperio y tenía consigo las pruebas que lo demostraban.

Pero De los Ríos (el mismo que enviará un navío a la isla del Gallo para recoger a los expedicionarios descontentos) reiteró su negativa, tal como había sido su posición desde el inicio de su gobierno, ya que consideraba excesivamente costosa en vidas dichas expediciones.

Estas negociaciones se trabaron porque, al parecer, Pizarro solicitó la gobernación del Perú para él y para Almagro, a lo que el Conde de Osorno se opuso, por la experiencia de Santa Marta, en donde dos conquistadores que habían ocupado el mismo cargo se habían enemistado y uno de ellos asesinado al otro.

Por ello, Pizarro terminó aceptando la gobernación para él, desplazando a Diego de Almagro.

Terminada la negociación, los consejeros redactaron las cláusulas del contrato entre la Corona y Pizarro, que la historia conoce como la Capitulación de Toledo.

Del otro lado, Pizarro, que era analfabeto, garabateó una señal a manera de rúbrica.

Grabado que representa al conquistador español Francisco Pizarro exponiendo ante el rey Carlos I de España las pruebas del descubrimiento del fabuloso Imperio de los incas .
Gobernaciones españolas en América del Sur en 1529.