Pedro Sánchez llegó arruinado al Perú en 1539 y deseaba revertir esa situación.Se acercó a Pedro de Valdivia y a Francisco Martínez y convino sociedad con ellos en la conquista de Chile.Sin embargo, vio en Valdivia a un adversario e instigó su muerte en varias ocasiones, todas con resultados fallidos.Valdivia, evitando comprometerse en un juicio de residencia futuro contra tan influyente personaje, le perdonó la vida en varias ocasiones, e incluso le dio la libertad que merecidamente se ganó en la defensa de Santiago de Chile a raíz del ataque de Michimalonco.El pregonero, un negro horro, aunque legalmente aún esclavo, llamado Juan Valiente, clamó: "Esta es la justicia que manda hacer Su Majestad, y en su real nombre, el Magnífico señor Francisco de Villagra, Teniente de Capitán General, en nombre de Su Majestad y del muy Magnífico señor Pedro de Valdivia, electo Gobernador y Capitán General en estos reinos de la Nueva Extremadura, en este hombre, por traidor y amotinador contra el real servicio de Su Majestad, mandándole cortar la cabeza por ello, para que a él sea castigo y a otros escarmiento.