El quinto del rey estuvo en vigor en los Estados musulmanes de la península ibérica durante la Edad Media.Este impuesto ascendía en principio al veinte por ciento de toda riqueza metálica o en joyas que fuera obtenida en sus provincias.El impuesto fue reducido, cambiando a un porcentaje nominal del diez por ciento (diezmo), que bajaría con los años a un monto entre un cinco y ocho por ciento o menos para finales del imperio en América.Dado que el mercurio era necesario para extraer la plata, no había manera de defraudar a Hacienda.Algunas de estas piezas se libraron del quinto real, y a la vez de la fundición, gracias al hecho de que ciertos conquistadores, que se habían enriquecido en las Indias, conservaron las piezas que a su juicio fueron las más bonitas para sus residencias.