Antón de Carrión

Participó en la descubrimiento del Perú y fue uno de los Trece de la Fama, es decir, uno de los trece soldados españoles que no quisieron abandonar a Francisco Pizarro en la isla del Gallo.

En ese mismo segundo viaje estuvo en la Isla del Gallo, cuando el caballero Juan Tafur, por orden del gobernador de Panamá, vino a recoger a los expedicionarios, atendiendo una carta de uno de ellos que se quejaba de las penalidades que demandaba la empresa descubridora.

Trasladado a la Isla de la Gorgona y recogido con sus compañeros en el navío pilotado por Bartolomé Ruiz, participó luego en el descubrimiento de Tumbes y en la exploración de las actuales costas peruanas hasta el río Santa.

Es probable que, según lo estipulado en Capitulación de Toledo, se le honrara con el título de Caballero de Espuela Dorada, otorgado a aquellos Trece de la Fama que ya eran hidalgos (a los que no lo eran se les concedió la hidalguía, que solo era válida en las Indias, mas no en España).

No hay, sin embargo, constancia escrita de que Carrión lograra validar ese título.