Su actuación en la empresa conquistadora se conoce a partir del primer viaje de Francisco Pizarro, que desde Panamá partió a explorar el entonces llamado Mar del Sur (1524).
Cuando llegó la nave pilotada por Bartolomé Ruiz en rescate de los aventureros, Pizarro decidió continuar su exploración costera hacia el sur, dejando en la Gorgona a los tres enfermos, bajo el cuidado de unos indios e indias de servicio llegados en el barco desde Panamá.
No debió participar, por ende, en la marcha a Cajamarca y en la captura de Atahualpa.
A partir de entonces no existen más datos sobre su trayectoria.
Solo de manera indirecta sabemos que al ocurrir su deceso se hallaba en Arequipa y que dejó una viuda de nombre Leonor.