Asedio del Alcázar de Toledo

Tenían varias piezas de artillería, unos pocos vehículos blindados y dos o tres tanquetas.Controlaban la mayor parte de Toledo hacia las 20 horas, y comenzó a organizarse el cerco en torno al alcázar.Quería hacerles ver que la rendición del Alcázar difundida por Unión Radio de Madrid ese día era completamente falsa.Durante las cinco semanas siguientes, los republicanos atacaron once veces la casa del Gobierno Militar, pero fueron repelidos en cada uno de ellos.En tanto el Alcázar era una fortaleza excavada en roca, un ataque terrestre eficaz debía basarse en la artillería pesada y en explosivos.[25]​ El 22 de agosto un avión del bando sublevado dejó caer en el patio del Alcázar un gran paquete con víveres, un código de señales para poder comunicarse con la aviación propia y dos mensajes del general Franco, jefe del Ejército de África que avanzaba desde Extremadura en dirección a Madrid:[26]​ El gobierno de la República se planteó intentar que Moscardó, si no accedía a rendirse, al menos permitiera que salieran las mujeres y los niños.[27]​ La historiografía profranquista tildó al canónigo Vázquez Camarasa de izquierdista y resaltó que murió exiliado en Burdeos, Francia, en 1946.Pero el coronel se negó a recibirlo y negociar su liberación —El Alcázar no informó de la visita del embajador chileno.[29]​ El coronel Moscardó envió a su ayudante de campo para saludar al embajador por un altavoz y para decirle que le prestarían atención sólo si el mensaje se cursaba «a través del Gobierno Nacional de Burgos».Fracasados los tres intentos se resolvió el dilema que había atenazado desde hacía semanas a las fuerzas republicanas.Como esto ya no era posible se procedió a detonar la mina colocada bajo del Alcázar.La explosión causó escasos daños, pero la prensa profranquista denunció a los republicanos de no tener «piedad ni compasión por las mujeres y los niños», según el Daily Mail.Este diario decía a continuación: «Con la guarnición, que en parte sigue resistiendo valerosamente, había allí cuatrocientas mujeres y niños...La orden de la detonación la dio personalmente el presidente Francisco Largo Caballero,[35]​ quien presenció la voladura desde un observatorio, junto a otras autoridades del Frente Popular.Quedó destruida completamente la torre sudoeste del edificio, matando a dos defensores que se encontraban en ella.Aproximadamente diez minutos después de la explosión, los milicianos lanzaron cuatro ataques contra el Alcázar.Los sublevados fueron forzados a retirarse al patio del alcázar pero contraatacaron para hacer retroceder el asalto.Un nuevo asalto al alcázar se intentó por la mañana; esta vez un tanque condujo la carga.En ese momento el general Franco, jefe del Ejército de África, decidió parar el avance hacia Madrid, lo que dio tiempo a los republicanos para reforzar sus defensas, y desviarse hacia Toledo, donde desde hacía dos meses resistían en el Alcázar sitiado por las milicias republicanas unos 1000 guardias civiles y falangistas bajo las órdenes del coronel José Moscardó a los que acompañaban unos 600 no combatientes, principalmente sus mujeres y sus hijos, además de unos cincuenta republicanos que habían tomado como rehenes.Las columnas, ahora al mando del general Varela, llegaron a Toledo el 26 de septiembre.Al día siguiente ya habían alcanzado el centro de la ciudad «con paso exterminador», según Risco.La matanza fue tan grande que Yagüe llegó a afirmar: «Convertimos Toledo en la ciudad más blanca de España».«Toda condenación en globo, sin discernir si hay inocentes o no en el montón de prisioneros, es hacer asesinatos, no actos de justicia… El rematar al que arroja las armas o se rinde, es siempre un acto criminal», escribió.En otra carta dirigida al teniente coronel Carlos Díaz Varela, ayudante del general Franco, le recordó «que en Toledo se asesinó a los heridos de los hospitales».Las fuerzas rebeldes estaban aisladas, mal equipadas y sin condiciones para conducir una operación ofensiva.En él Aznar reiteraba la versión oficial de la historia del Alcázar y atacaba a Matthews.[62]​ Asimismo mencionaba que Moscardó se había encerrado en el Alcázar llevándose consigo entre 50 y 100 rehenes.[65]​ Además cuando Moscardó una vez liberado el Alcázar se enteró por un vecino de Toledo que le dio el pésame de que su hijo había muerto se sorprendió ―«Me quedé como atontado al oírlo», escribió―.[69]​ En 1967 desde su exilio en París Luis Quintanilla Isasi, que había participado en el asedio al Alcázar, publicó en la editorial Ruedo Ibérico un libro titulado Los rehenes del Alcázar de Toledo donde puso también en cuestión la versión oficial del asedio al Alcázar de Toledo y el, según afirmó, mito montado en torno al mismo —el libro no fue publicado en España hasta el año 2015, en una edición a cargo de Esther López Sobrado—.En el artículo afirmaba la vigencia de la crítica hecha a la historia oficial hacía 34 años por Herbert Southworth a quien mostraba su admiración y calificaba como «uno de los analistas más lúcidos del mito del Alcázar».
Esquema de la destrucción del Alcázar de Toledo por la artillería republicana.
Milicianas republicanas durante el asedio del Alcázar de Toledo durante la guerra civil española.
Francisco Largo Caballero visita el asedio del Alcázar, acompañado de oficiales y milicianos. El presidente del gobierno republicano intentó hasta en tres ocasiones que Moscardó dejara salir a las mujeres y a los niños pero este se negó para no «debilitar su posición», según el propio Largo Caballero.
Milicianos en el asedio del Alcázar de Toledo.
Último número del diario mimeografiado 'El Alcázar' editado durante el asedio. Lo acompaña la reproducción de las octavillas que se lanzaron al exterior del Alcázar el 27 de septiembre "para conocimiento del enemigo contendiente". TOLEDANOS: Nuestras fuerzas las tenéis inmediatas, es cuestión de minutos el que nos adueñemos de la población; habéis contemplado la derrota infringida a las mejores fuerzas al servicio de la anti-España . Quiero y deseo que todo termine con fraternidad patriótica, de vosotros depende si os constituís en custodios de las familias y la población; si por el contrario, el crimen en las personas o cosas fuese el término de vuestra actuación, llegaríamos a ser inexorables en nuestra justicia. Reflexionad sobre esto, convenciendo y obligando a los que os aconsejen mal, y contra la buena disposición de esta tropa que al unirse a vosotros, no quiere sino paz, trabajo, justicia y una España completamente española. Toledo, 27 de septiembre de 1936. El Coronel Comandante Militar. MOSCARDÓ.
La visita de Heinrich Himmler a España en 1940 incluyó un recorrido por las ruinas del Alcázar de Toledo . Aquí aparece acompañado por el «héroe del Alcázar», el entonces ya general José Moscardó .
Otra imagen de la visita de Heinrich Himmler a España en 1940 recorriendo las ruinas del Alcázar junto con el entonces ya general Moscardó .
Sala de mando del Alcázar donde el coronel Moscardó recibió la llamada en la que el jefe de milicias le conminaba a rendirse o de lo contrario matarían a su hijo Luis. En la pared está colgado un retrato de Moscardó.
La sala de mando del Alcázar vista desde otro ángulo. Como una pieza del Museo del Ejército se conserva tal como quedó tras el asedio. Aparece un retrato del hijo del Moscardó.
Fotograma de la película Sin novedad en el Alcázar (1940).
Monumento en honor de los defensores del Alcázar inaugurado en 1961 por el general Franco.
Franco y Moscardó acompañan al rey Hussein de Jordania en su visita a las ruinas del Alcázar de Toledo. 1954. En el franquismo era frecuente que en el viaje a España de un dignatario extranjero se incluyera un recurrido por las ruinas del Alcázar de Toledo.