Desembarco de Mallorca

El desembarco se saldó con la derrota y retirada de las fuerzas republicanas.

La idea de una expedición a Mallorca parece haber estado presente entre las diferentes fuerzas contrarias al golpe militar, desde que el 19 de julio fuera tomada por los alzados junto a Ibiza y Formentera.

Sin embargo, la situación revolucionaria que existía en la zona republicana no permitió la necesaria coordinación para el correcto desarrollo de los acontecimientos.

Otra operación menor será llevada a cabo el 1 de agosto, cuando efectivos republicanos procedentes de Menorca y debido a un incidente aeronáutico, toman Cabrera brevemente, abandonándola al poco tiempo.

El Gobierno de la República no se opone y prefiere observar su desarrollo sin interferir.

El Cuartel General de la operación se instala en Mahón, en la isla Menorca.

[9]​ En total, unas fuerzas de entre 6000 y 10 000 hombres atacaron la isla por la zona de Punta Amer y Porto Cristo, luego rebautizado como Porto Rojo tras ser conquistado.

Las milicias republicanas avanzaron unos 12 km hacia el interior y continuaban perplejas ante su éxito, lo que permitió a los sublevados organizar la defensa.

[11]​ Bonaccorsi fue enviado a Mallorca para ejercer como procónsul italiano en las Baleares.

Le acompañaba como secretario y traductor, el teatino Julián Adrover Llaneras (1900-1965), natural de Felanich (Mallorca).

Finalmente, la contraofensiva sublevada logra imponerse a la fuerza expedicionaria catalana y los mantiene bloqueados en el territorio que consiguieron conquistar durante los primeros días.

Bajo el acoso permanente del enemigo por tierra y aire, los milicianos retrocedieron precipitadamente a los barcos, abandonando a decenas de hombres y numeroso material bélico.

[19]​ Se considera que la intervención italiana fue decisiva para expulsar a los republicanos de la isla.

Tras reocupar paulatinamente el territorio mallorquín ocupado por las columnas republicanas, una semana más tarde los sublevados tienen noticia de que la isla de Cabrera también ha sido abandonada por los anarquistas que estaban allí.

[11]​ El escritor católico Georges Bernanos quedó horrorizado por la masacre y dio testimonio de ello en su libro Los grandes cementerios bajo la luna publicado en 1938.

Insignia de la Columna Uribarri (ocasionalmente escrita "Uribarry" ).
Tropas republicanas embarcadas en Barcelona.
Desembarco inicial de una barcaza K, con barcos de apoyo en el fondo.
Máximo avance de los republicanos en las Baleares, a comienzos de septiembre de 1936.
El crucero Fiume , alrededor de 1933.