[3] Cada cohorte tenía como insignia propia la serpiente o el dragón, que estaba tejido sobre una pieza cuadrada de tela textilis anguis,[4] elevado sobre un poste dorado, a la que se adaptó una barra transversal con tal propósito,[5] y se la llevaba por el draconarius.
[10] El mástil usado para llevar el águila tenía en su extremo inferior una punta de hierro (cuspis) para fijarlo al suelo, y permitir al aquilifer en caso de necesidad repeler un ataque.
Esto, junto con las diversas crestas que lucían los centuriones, permitían a cada soldado ubicarse fácilmente.
El segundo, conteniendo cinco estandartes, representa la celebración de un sacrificio llamado suovetaurilia.
[20] Un porta-estandartes herido o moribundo lo entregaba, si era posible, a su general,[21] de quien lo había recibido signis acceptis.