[3] Los cinco cuerpos de ejército, que formaban el Ejército del Norte al mando del general Fidel Dávila, sumaban veintiséis divisiones y un total de 110 000 hombres, incluyendo también el Corpo di Truppe Volontarie italiano.
[6] El 27 de marzo las tropas «nacionales» toman Masalcorreig, la primera localidad catalana ocupada por los franquistas[7] ―«el primer pueblo catalán que tuvo la fortuna en esta guerra de ver izada sobre su caserío la bandera nacional», según escribió meses después un cronista ―[8] y la Granja de Escarpe.
[3] Nada más producirse la entrada de las tropas franquistas en Cataluña el presidente de la Generalidad de Cataluña Lluís Companys pronunció un discurso en catalán en el que, tras anunciar que «los ejércitos extranjeros están a las puertas de nuestra casa» hizo un llamamiento a los catalanes «a luchar, a trabajar y a resistir, porque resistir es el triunfo» y porque «no podríamos vivir sin libertad» ―si ganara el enemigo «nuestro idioma sería perseguido, nuestras instituciones escarnecidas, nuestra gente sometida, nuestras costumbres burladas»―.
[9] Para hacer frente a las tropas franquistas al mando del general Yagüe, el ejército republicano desplegó la 46ª División comandada por Valentín González El Campesino con la misión de defender Lérida.
[10] Contaba con unos diez mil hombres gracias a que había incorporado efectivos de las divisiones 16.ª y 27ª.
Tras los bombardeos, según la "Memoria" de los jesuitas, «Lérida quedó poco menos que desierta; no llegarían a dos mil los habitantes civiles».
Según un testigo, «la ciudad presentaba un aspecto que llegaba al alma.
[17][2][18] Ese mismo día el ministro franquista Ramón Serrano Suñer manifestó en un discurso: «la guerra toca a su fin».
Allí tras izar la bandera rojigualda se dirigió a la multitud que se encontraba frente al edificio con un mensaje, que tras todo lo ocurrido durante los últimos años de República y guerra, constituía toda una declaración de intenciones: «Vengo en nombre del Caudillo a daros el Pan, la Paz y la Justicia».
Para Del Barrio la retirada de la ciudad había sido más bien una huida, opinión en la que coincidió el también comunista y militar Antonio Cordón quien afirmó que El Campesino, a la postre jefe de la 46ª División republicana, abandonó la ciudad de forma precipitada, siendo sustituido en el mando por Pedro Mateo Merino.
[18] Hugh Thomas añade dos factores más para explicar el triunfo de los franquistas («la superioridad artillera y una estrategia eficaz») pero coincide con Payne en que «la superioridad aérea influyó decisivamente en la victoria».
[21] El general Franco decidió dar prioridad al avance sobre el delta del Ebro para alcanzar el mar por lo que en la segunda semana de abril dio la orden al general Yagüe, «que estaba ansioso por avanzar profundamente en Cataluña», según Stanley G. Payne, para que detuviera su avance, a pesar de que el camino hacia Barcelona parecía estar abierto y la inminente caída de la capital catalana y española, hubiera supuesto «un golpe mortal para la República».
[19] Según Hugh Thomas, la decisión de no proseguir el avance en Cataluña fue «probablemente un error estratégico» y desde luego supuso un duro golpe para el general Yagüe ―y para otros jefes militares― porque estaba convencido de que no encontraría mucha resistencia hasta llegar a Barcelona.
Sin embargo, sí que se habían organizado actos religiosos en homenaje a los Caídos por Dios y por España.
[32] En una memoria entregada por el delegado de Orden Público al gobernador civil en la que se recogían las actuaciones realizadas entre julio y diciembre de 1938, se reseñaba que se habían practicado 374 detenciones (por motivos políticos y por causas comunes) y 107 personas habían sido puestas a disposición de los tribunales militares.
También constaba que se habían abierto 5400 expedientes y fichas personales.
[33] Después de haber sido condenadas a muerte por el tribunal militar que las juzgó fueron fusiladas al menos diecisiete personas.
[35] Por su parte el comandante militar hizo colocar por toda la ciudad carteles que decían: «Si eres patriota, habla español».
[44] El propio general Yagüe, el comandante en jefe de las tropas franquistas que habían tomado Lérida, afirmó en una entrevista: «¡Lérida está ganada para la causa de España!».
En algunas de ellas las autoridades franquistas pronunciaron encendidos discursos, como en Vitoria, Soria o Valladolid, y también se celebraron tedeums por la victoria, como en Sevilla.
El júbilo popular se desbordó en una entusiasta manifestación pública, que resultó imponente».
[52] Cuando se produjo la caída de Lérida destacaron la brutalidad del enemigo ―«los pueblos catalanes ocupados por las hordas mussolinianas y moriscas están regados con sangre de nuestros compatriotas.
Sin distinción de ideologías, han sido asesinados todos aquellos que no pudieron huir a tiempo», se decía (en catalán) en el diario Front de Gerona― y volvieron a insistir en el heroísmo de las fuerzas republicanas que habían causado muchas bajas entre las fuerzas invasoras.
Así ocuparon sin encontrar ninguna resistencia la margen izquierda, por lo que toda la ciudad de Lérida estaba ya en sus manos.
(…) Las instrucciones para llevar una vida mejor incluyen la recomendación de dejarse ver en misa.