El término deriva del pretor, uno de los principales magistrados romanos durante la República.
Posteriormente el pretorio fue utilizado como residencia del procurador (gobernador) de la provincia romana.
La palabra (también escrita como praetorium o pretorium) dio origen al griego tardío praitórion, con el mismo significado de cuartel general.
En el Nuevo Testamento, se denomina Pretorio a la residencia del procurador de Judea: Poncio Pilato, en Jerusalén.
Según los evangelios, Jesus fue azotado, juzgado y condenado a muerte por crucifixión en el Pretorio.