Josefo ubicó a la fortaleza en la esquina noroccidental de las columnatas que rodeaban el Templo.
No obstante, las descripciones suministradas por Josefo de Jerusalén sugieren que la fortaleza estuvo separada del cerco mismo, y probablemente conectada por dos columnatas con un espacio estrecho entre ellas.
En la Biblia hay una referencia a un sitio denominado «el empedrado» (Juan) donde fue juzgado Jesucristo.
Actualmente, el descubrimiento se está mostrando al público a través de visitas guiadas organizadas por el museo.
Según los arqueólogos, la prisión podría convertirse en un nuevo lugar sagrado para los peregrinos cristianos, o incluso cambiar la ruta del Vía Crucis.