Luis Quintanilla Isasi

León Gerardo Luis Quintanilla Isasi (Santander, 1893-Madrid, 1978) fue un artista plástico y escritor español.

Trabajó diferentes técnicas y géneros plásticos (dibujo, grabado, fresco, ilustración).

En esos momentos, disfrutó del París de entreguerras[2]​ donde conoció a numerosos artistas que residían en Montparnasse.

Su estancia en Italia acrecentó su conciencia social y política, sobre todo al ser testigo de los desmanes llevados a cabo por los camisas negras.

El año 1934, fue un año muy importante para Quintanilla por dos motivos: expuso su colección de grabados en la Biblioteca Nacional y fue encarcelado al descubrir en su estudio al Comité Revolucionario que preparaba la revolución del 34.

[5]​ Tras su boda se sumerge en la realización de los frescos, pero la guerra termina y se encuentra exiliado, sin posibilidad de volver a su país y con unos frescos que ya no podrán ser expuestos en el lugar para el que estaban concebidos.

Aun así las obras fueron expuestas en noviembre en la Associated American Artist junto con sus bocetos.

Necesitaba conseguir dinero para mantener a su familia, puesto que en enero había nacido su hijo Paul.

Gracias a este trabajo entabla amistad con grandes personalidades del cine y allí nace su colaboración con Elliot Paul (P&Q).

Realizaron dos libros escritos por Elliot Paul e ilustrados por Quintanilla, el primero fue el libro de cocina Intoxication Made Easy y más tarde With a Hays Nonny Nonny.

En 1957 se traslada por espacio de una semana a Puerto Rico para pintar el retrato al famoso músico Pau Casals.

Es un magnífico retrato que se encuentra entre los fondos del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

A comienzos del año 1959 Quintanilla se reencuentra con su amigo Araquistaín, y consigue exponer sus obras en la Sala Gaveau.

Afortunadamente había enviado una copia a su mujer y años después se pudo conseguir editar las memorias en España.

[7]​ Quintanilla cada vez lleva peor su exilio, ve que los años pasan y no hay posibilidad de volver a su patria: “Y luego hay otra cosa, que a mi edad pesa lo de continuar siempre siendo el extranjero, hablando otro idioma que el natal y considerando la gallina en corral ajeno.

En fin, ojalá cuanto antes se arregle la situación de ahí y pueda ir a terminar mis días”.

Asimismo debemos destacar su aprendizaje como grabador conde André Duyoner du Segonzac.

De ellos no se conserva nada, ya que fueron destruidos durante la guerra civil por una bomba.

Se conservan fotos y según Quintanilla mostraban “el pueblo en marcha”.

Había recibido el encargo de pintar cinco grandes paneles para la Exposición Universal.

El cometido le reportaría 6 000 dólares; al llegar, estableció su domicilio y estudio en la Quinta Avenida.

Se expusieron en dos ocasiones y después la niebla de la desmemoria las cubrió, creyéndolas destruidas, hasta que aparecieron en los pasillos de un cine porno-gay en el mítico Bleecker Street Cinema, muy cerca del domicilio del pintor.

[15]​ Los frescos son cinco grandes paneles, pintados sobre cal mezclada con polvo de mármol, el mismo material sobre el que pintó Miguel Ángel los frescos de la Capilla Sixtina; esta técnica confiere al acabado un brillo especial.

Sabemos que la prensa americana del momento no llegó a comprender bien este trabajo que se planteó siempre como una obra de conjunto, titulada genéricamente Ama la paz y odia la guerra, mostrándonos a través del título su carácter simbólico.

Por eso precisamente poseen plena vigencia y no se han convertido en una pintura histórica sin más”.

[20]​ En 1941 y 1942 publicó dos libros con su amigo Elliot Paul, en ambas ocasiones se ocupó de las ilustraciones en tono humorístico.

Entre los grabados que realiza en Estados Unidos se encuentran Fiesta, Paulette, Rare Bird, Espantapájaros.

Son paisajes melancólicos y humanizados, a pesar de que en ellos rara vez aparecen figuras, así como bodegones tranquilos, en los que los objetos son tratados como seres humanos”.

Cuando se traslada definitivamente a París, en 1958, continúa escribiendo, como había hecho en los años de exilio americano.

Iñaki Pinedo en el rodaje en Santander de Los otros Guernicas .