El mortero es un arma que dispara generalmente proyectiles explosivos o incendiarios con gran poder destructivo —más grandes que las granadas— en un ángulo superior a los 45° y a velocidades relativamente bajas.
[2] A Choi Hae-san (최해산, 崔海山) (1380-1443), hijo de Choe Mu-seon (최무선, 崔茂宣) (1325-1395), generalmente se le atribuye la invención del wan'gu.
En la dinastía Ming, el general Qi Jiguang registró el uso de un mini cañón llamado Hu dun pao que era similar al mortero.
Para el siglo XVI el mortero se había constituido en un arma bastante común, recibiendo su nombre por la forma rechoncha y parecida a una olla de los primeros modelos.
Los tubos eran bastante cortos —no más de dos o tres veces el calibre y este por lo general superior a los 150 mm—.
El mortero Coehorn ganó popularidad rápidamente, creando un nuevo tipo de barco, el buque bomba.
El mortero ya había dejado de ser de uso general en Europa durante la era napoleónica, aunque los morteros Manby se utilizaron en la costa para lanzar cuerdas a los barcos en peligro.
El interés en su uso como arma no revivió hasta que ambos bandos utilizaron mucho los morteros durante la guerra civil estadounidense.
En el asedio de Vicksburg el general Ulysses S. Grant informó que fabricaba morteros en el terreno para atacar a las trincheras del enemigo.
Durante la Guerra Ruso-Japonesa, el Ejército Imperial Ruso aplicó los principios del fuego indirecto desde posiciones preparadas en el campo y diseñó el primer mortero que disparaba proyectiles de la Armada.
Port Arthur estaba defendido con cañones pesados, pero su fuego directo era de efectividad limitada contra posiciones japonesas cercanas o resguardadas.
La idea alemana era contar así con una pieza de artillería de sitio ligera que pudiese ser usada por la infantería para batir pequeños puntos fuertes del enemigo sin tener que llamar a la artillería más pesada.
Frente a los grandes morteros hacía falta uno más pequeño que pudiese ser manejado por los soldados de manera fácil.
Al contar con vainas sobrantes para así crear un primitivo mortero de espiga.
Trataron de crear su propia alternativa mediante las armas bautizadas minenwerfer (lanzaminas), en realidad los concebían como un obús a pequeña escala.
y estaba montado sobre una plataforma que podía ser trasladada sobre dos ruedas.
Mientras la guerra fue estática no creó muchos problemas, pero en 1918 las cosas empezaron a cambiar y se hicieron perceptibles las deficiencias de armas tan pesadas.
Esto significaba que los tipos corrientes de mortero usaban en su totalidad pólvora negra, con el consiguiente problema del humo.
Estos, junto con los morteros habían permitido a la infantería tener una inmediata potencia de fuego sobre cualquier enemigo.
Los británicos optaron por su experimentado Stokes, mejorándolo pero conservando su configuración general de placa-base, bípode y tubo.
Este mortero ya podía ser transportado por un camión o un tractor sobre orugas.
El mortero fue una de las armas más temidas y perseguidas en las posiciones del frente madrileño durante la guerra civil.
Localizar los morteros enemigos e intentar destruirlos se convirtió en una prioridad.
Ahí fue la primera vez que los españoles utilizaron en combate un mortero de 120 mm..
El Ejército Rojo apreciaba por diversas razones los morteros y los usaba ampliamente.
los soviéticos fabricaron varios modelos de otros calibres mayores con más o menos éxito.
Era fiable y robusto pero no tenía el alcance del mortero alemán Granatwerfer 34.
El más popular fue el mortero Ordenance ML de 3 pulgadas, que se mantuvo en servicio hasta ser sustituido en 1965.
También es un arma que puede ser utilizada por fuerzas irregulares en su función de asedio, destacándose por su movilidad.