Para ello hizo llegar a los militares comprometidos en el complot hasta trece Instrucciones Reservadas.
Esta fuerza quedó detenida en diversos lugares de las laderas septentrionales del sistema Central y serían las primeras en hostigar a Madrid por el norte.
Pero ante la resistencia republicana en la sierra este plan sería modificado y se daría prioridad a los avances desde el Sur.
Los asaltos de las tropas atacantes tuvieron casi siempre tácticas similares, primero se ejecutaba un ataque frontal muy agresivo apoyado por efectivos de artillería pesada, y luego de se ejecutaba un desbordamiento por los flancos (maniobra envolvente), esto último solía causar pánico entre las tropas milicianas que poseían poca instrucción militar, lo que provocaba una retirada desordenada que acababa deshaciendo la defensa.
[4] En algunos casos se procedía a rodear las fuerzas milicianas dejando expedita una vía de escape que era fuertemente bombardeada por la artillería.
Sin embargo ahora el objetivo militar era más extenso y existían diversas posibilidades de ser abordados.
Tras evaluar Varela diversas opciones se decide atacar por la Casa de Campo por la Puerta Rodajos y desde allí avanzar cruzando el Manzanares para penetrar en la Ciudad Universitaria.
[5] Al salir ambos generales desobedecen las instrucciones del membrete y abren el contenido de su interior.
Su sorpresa fue que al abrirla el contenido había sido cambiado, quizás por las prisas por abandonar Madrid.
Miaja debió recibir instrucciones verbales para mantener la Capital durante al menos siete días.
La moral del pueblo madrileño se encontraba hundida y el gobierno de la República empezó a preparar su evacuación y la de los ministerios a Valencia, pues daba por hecho que aunque la ciudad resistiera, acabaría finalmente sucumbiendo.
Este era un puente ferroviario que comunicaba la capital con la Sierra y el norte de España.
El dominio del aire empieza a ser contestado por los nuevos aviones soviéticos Polikarpov I-15 e I-16, conocidos respectivamente por los republicanos como Chato y Mosca, que logran hacerse con los cielos.
La reacción de las fuerzas leales a la República se concreta en una orden: En esta incursión prestarán su apoyo diversos blindados soviéticos destacados en Aravaca.
La XI Brigada Internacional fue enviada entonces para defender las facultades, mientras cada vez más soldados del ejército sublevado iban cruzando el río.
Ese mismo día Franco decreta el bloqueo marítimo de los puertos bajo influencia republicana, amenazando con hundir todo aquel buque extranjero que no lo acatara.
Alemania e Italia reconocen este día 18 haciendo público internacionalmente como legítimo el Gobierno del general Franco.
El batallón Thälmann substituye al de André en la Ciudad Universitaria, que había sufrido fuertes bajas.
Este asturiano lo acompaña y le oye pronunciar como últimas palabras antes de recibir el disparo: "demasiados comités".
Finalmente, serán relevados del frente por otra unidad y se lanza un contraataque contra los crecientes avances de las tropas rebeldes.
La lucha es tan intensa que muchas unidades se desmoronan, el Batallón Cuenca abandona este mismo día regresando a su tierra.
En la noche del 8 de noviembre catorce aviones alemanes bombardearon la capital, provocando muchas víctimas.
[49] Tras este intento los sublevados se encuentran con todas sus tropas del frente de Madrid agotadas y sin reservas.
Después de Brunete no se volvió a producir ninguna ofensiva más en la zona.
Los republicanos intentarán varias ofensivas y ataques en torno a Madrid para aliviar la presión sobre la ciudad.
A lo largo de 1937 y 1938 se realizaron numerosos asaltos sobre el Cerro Garabitas para intentar desalojar el puesto artillero que había allí pero ninguno logrará su objetivo; En torno a la Ciudad Universitaria se producen también tiroteos y la pasarela construida para comunicarla con la Casa de Campo es destruida por la artillería republicana en numerosas ocasiones pero ello no supone problema para las posiciones franquistas en la Casa de Campo, pues la pasarela será levantada de nuevo tantas veces como sea destruida por la artillería republicana.
Si hay algo por lo que se distingue en esta época es por la escasez de combates, con sólo algunos tiroteos esporádicos o algún asalto a posiciones débilmente defendidas, si bien el ánimo y la moral republicanos van decayendo cada vez más.
Casado había justificado el golpe con la promesa de que obtendría una "paz honrosa" con Franco pero el generalísimo, cuyos agentes sólo habían hecho unas vagas promesas a Casado, reiteró que sólo aceptaría la rendición incondicional.
Wuhan, centro político, militar y económico de la resistencia, se entendió como "el Madrid del este" (pinyin: Dongfang de Madeli; 东方的马德里), porque debía servir para unir los diferentes actores que luchaban contra el fascismo.
dejaba clara esta identificación en su estribillo: Del mismo modo que los españoles defienden Madrid,/ acabaremos con el ataque enemigo, / y consolidaremos nuestro frente anti-japonés./ ¡Defendamos Wuhan!