[3] Hume se esforzó por crear una ciencia naturalista del hombre que examinara la base psicológica de la naturaleza humana.En ese mismo año conoció también al famoso economista Adam Smith, en quien tanto habían de calar sus ideas.[8] A causa de este viaje se despertó en Hume un interés por la historia que todavía tardó unos años en florecer; publicó sin embargo en ese año sus Investigaciones sobre el entendimiento humano (más tarde bautizadas Encuesta sobre el entendimiento humano), sin suscitar apenas interés.Este último rehacía parcialmente y reformulaba ciertos puntos ya abordados en el Tratado de la naturaleza humana.Sabedor del poco tiempo que le quedaba, Hume escribió una corta noticia autobiográfica algo antes de su deceso (My own life).En ella, esforzándose por guardar un tono objetivo, describe en especial cómo incrementó progresivamente su patrimonio y pasó de una relativa pobreza a una cierta opulencia.Según él, solo las diferencias religiosas podían desviar al hombre de sus vidas cotidianas para hacerle pensar en política.Hume fue tan hábil camuflando sus ideas que hoy en día todavía se discute si en realidad era deísta o ateo.Hume le dijo que sinceramente veía la vida después de la muerte como «el capricho más irracional».Cuando se puso muy débil, le costó un esfuerzo hablar, y murió en una serenidad mental tan feliz, que nada podía superarla.Otra distinción que hace Hume en su Tratado es la siguiente división: Aunque en apariencia nuestro pensamiento tenga una libertad ilimitada, en realidad toda la creatividad de la mente se reduce a la facultad de mezclar, aumentar o disminuir, o combinar los materiales que nos dan los sentidos y la experiencia.Todas aquellas cosas que imaginamos se derivan de una experiencia previa, ya sea interna o externa.Aun así, Hume creía en el principio causal, y en 1754 escribió a John Stewart: «nunca he afirmado una proposición tan absurda como que cualquier cosa podría surgir sin una causa»."[38] Esto constituye su bundle theory, o "teoría del haz", según la cual los objetos solo lo son en tanto que conjuntos de propiedades concretas e individuales.La razón práctica se relaciona con si existen estándares o principios que también son autorizados para todos los seres racionales, dictando las intenciones y acciones de las personas.Varios años después, extrajo y extrapoló las ideas allí propuestas en un ensayo más corto titulado Investigación sobre los principios de la moral (1751).[64] David Hume identifica dos sentimientos humanos naturales donde cree que se sustenta la raíz de la ética: La bondad y la compasión.Hume tuvo en cuenta la utilidad de la filosofía para borrar obstáculos como la ignorancia, superstición e intolerancia.Pero fue tras leer el Tratado de Hume cuando Jeremy Bentham sintió por primera vez la fuerza del sistema utilitario.Los seres humanos están fuertemente predispuestos a aprobar normas que promuevan la utilidad pública de la sociedad.Hume estaba preocupado por la forma en que los espectadores encuentran placer en el dolor y la ansiedad representados en una tragedia.Sus "diversos escritos sobre problemas de religión se encuentran entre las contribuciones más importantes e influyentes en este tema".[83] De todas formas Hume no se declaró nunca como ateo, sino más bien un escéptico con respecto al tema.[96] Para Hume, el único apoyo de la religión más allá del estricto fideísmo son los milagros.Este argumento es la espina dorsal del movimiento escéptico y todavía constituye un problema para los historiadores de la religión.[112] No obstante, el argumento de Hume contra los milagros ha sido muy popular y ha recibido varias reformulaciones.Además, si desea mejorar una constitución, sus innovaciones tendrán en cuenta el "tejido antiguo", para no perturbar a la sociedad.Señala que "la lealtad es un hábito impuesto por la educación y, en consecuencia, una parte tan importante de la naturaleza humana como cualquier otro motivo".Para Hume la propiedad privada no es un derecho natural, pero se justifica debido a la existencia de bienes limitados.Barry Stroud (1977) consideró a Hume un naturalista, al decir que veía todos los aspectos de la vida humana explicables naturalistamente.