En particular, es posible pensar que antes de cualquier experiencia, son necesarios algunos conocimientos básicos.
Así, las teorías innatistas están presentes en el padre de todos los racionalistas, Platón, y de los autores modernos que se agrupan en torno al racionalismo de los siglos XVII y XVIII, como son René Descartes, Baruch Spinoza o Gottfried Leibniz, entre otros.
En el otro extremo, los filósofos que mantienen posiciones empiristas, como Aristóteles, John Locke y David Hume, niegan la posibilidad de ideas o contenidos mentales innatos, pudiendo resumir la postura de todos ellos en el adagio tradicional Nihil est in intellectu quod non prius fuerit in sensu («Nada hay en la mente que previamente no estuviera en los sentidos»).
Según Chomsky, era extremadamente difícil encontrar una teoría que fuera "lo suficientemente rica para cumplir con la condición de adecuación empírica".
En un principio, la gramática universal se perfiló como una solución y una explicación para la pobreza de estímulos.