Ética (Spinoza)

[2]​[3]​ Es su obra más conocida y apreciada, pues contiene la mayoría de su concepción filosófica.

De todos modos, copias del mismo (o de fragmentos) circulaban ya desde años atrás (al menos desde 1661), aunque rehusó entregar el manuscrito a Leibniz en París en 1675 por considerarlo «imprudente».

La filosofía de Spinoza puede leerse como una respuesta a esta objeción, ya que mantiene la definición, pero afirma una única sustancia, la infinita o divina, Dios.

[2]​ Estas son seguidas por proposiciones que pueden contener notas, demostraciones, corolarios y escolios.

La redacción fue lenta y azarosa como se muestra en su Correspondencia, sin embargo, su edición fue rápida, pero "sigue envuelta en la penumbra de vagas noticias biográficas e hipótesis sostenidas en análisis textuales".

[11]​ La primera parte del libro aborda la relación entre Dios y el universo.

Lo que esto significa, como con otras tantas afirmaciones de Spinoza, está sujeto a discusión.

[13]​ La sustancia es definida como aquello cuya esencia implica necesariamente su existencia[14]​, de modo a lo que se denomina causa-sui.

Si la sustancia existe, debe ser infinita, porque si no infinito tendría que existir otra sustancia finita y tomar las partes restantes de sus atributos finitos, algo que es imposible según la proposición anterior.

Algunos intérpretes sostienen que los modos son propiedades de Dios, en el sentido tradicional.

Dado que Dios debe existir necesariamente acorde a su propia naturaleza, no hay ningún suceso que pudiera haberse evitado; y, si un destino particular de algún modo particular es determinado por Dios, no hay escapatoria a ello.

Sin embargo, no podemos mezclar estas dos maneras de describir las cosas, como Descartes hace, y decir que el pensamiento afecta al cuerpo o viceversa.

[20]​ Más aún, el autoconocimiento del pensamiento no es fundamental; éste no puede conocer sus propios pensamientos mejor de lo que conoce cómo su cuerpo actúa en relación con otros cuerpos.

La percepción sensorial, a la cual Spinoza llama “conocimiento del primer tipo”, es completamente incierta, ya que refleja más cómo nuestros propios cuerpos funcionan que las cosas como verdaderamente son.

Esto se suele interpretar en el sentido de que las cosas intentan perdurar tanto como puedan.

Spinoza explica cómo este esfuerzo (“conato”)[21]​ subyace a nuestras emociones o afecciones (amor, odio, alegría, tristeza, y otras).

La “esclavitud” a la que se refiere es la dominación de estas pasiones o, en sus propias palabras, “afecciones”.

Gracias a la razón es que podemos ver las cosas como realmente son, sub species aeternitatis, “bajo el aspecto de la eternidad”.

[23]​ Entendiendo que todas las cosas son determinadas por la naturaleza a ser como son, podemos alcanzar la tranquilidad racional que mejor aporta a nuestra felicidad, y nos libera de ser conducidos por nuestras pasiones.

Más tarde calificó esta declaración en su carta a Henry Oldenburg abjurando del materialismo.

Prefirió pensar en todo el sistema de realidad como su propio terreno.

Esto constituye Spinoza's Dios y la Naturaleza se vuelven idénticos cuando cada uno es concebido como el Autoexistente Perfecto.

Esto constituye Dios de Spinoza y la Naturaleza se vuelven idénticos cuando cada uno es concebido como el Autoexistente Perfecto.

[27]​[28]​ "Sin inteligencia no hay vida racional: y las cosas solo son buenas, en la medida en que ayudan al hombre a disfrutar de la vida intelectual, que se define por la inteligencia.

Son los sentimientos pasivos (o "pasiones") los responsables de todos los males de la vida, ya que son inducidos en gran medida por cosas ajenas a nosotros y con frecuencia causan esa vitalidad baja que significa dolor.

Según su subtítulo, en la obra "se refutan los fundamentos del ateísmo [de Spinoza]".

[32]​ Durante los siguientes cien años, si los filósofos europeos leyeron a este supuesto hereje, lo hicieron casi en secreto.

[33]​ La primera traducción conocida de la Ética al inglés fue completada en 1856 por la novelista George Eliot, aunque no se publicó hasta 1981.

[34]​[35]​ El libro apareció luego en inglés en 1883, de la mano del novelista Hale White.

Manuscrito de la biblioteca del Vaticano de la Ética (E) de Spinoza (Biblioteca Vaticana, Vat. Lat. 12838). En el fragmento se pueden vislumbrar las proposiciones de la 5 a la 8, de la primera parte ( De Dios ) de la E .
Axiomas I-VII y proposiciones I-IV de la Ética.
Estructura lógica de las seis primeras proposiciones de la Ética de Spinoza.
Segunda parte de la Ética , edición de 1677.
Retrato de Baruch Spinoza , 1665.