Sin embargo, regresó a la historia de la filosofía al final de su carrera universitaria, dedicando obras a Michel Foucault, François Châtelet y Gottfried Wilhelm Leibniz.
Toma como referencia a Gottfried Wilhelm Leibniz, quien fue tanto metafísico como matemático.
En 1940, la Segunda Guerra Mundial sorprendió a su familia mientras estaban de vacaciones en Deauville.
Este último le presentó a Georges Bataille, Pierre Klossowski, Jean Grenier, Brice Parain, Michel Butor, Jean Paulhan, Roger Caillois y Jean-Paul Sartre, durante unas reuniones privadas del último sábado de cada mes.
Estos últimos consagran, según Michel Tournier, “un verdadero culto al niño muerto” mientras que Gilles se reduce a ser "el hermano del héroe", percibido como mediocre.
Sus profesores son Ferdinand Alquié, Georges Canguilhem, Maurice de Gandillac y Jean Hyppolite.
Michel Tournier, con quien Deleuze había ido a escuchar la conferencia, escribe sobre este tema:
[14] Tras ser admitido como profesor en 1948, pasó un año en Alemania para estudiar en la Universidad de Tübingen.
Si bien había publicado Empirismo y subjetividad en 1953 (dedicado a la filosofía de David Hume), durante los años siguientes se centró por completo en la docencia, dejando de publicar hasta el año 1962.
En 1960, fue nombrado investigador asociado del CNRS en Lyon; aquí es donde se hizo amigo de Michel Foucault.
Sus compañeros fueron, entre otros, Henri Maldiney, François Dagognet, Geneviève Rodis-Lewis y Pierre Fedida.
En mayo de 1968, los movimientos de mayo, iniciados en París, provocaron una importante respuesta en Lyon: los estudiantes se declararon en huelga, bloquearon las oposiciones, ocuparon las instalaciones día y noche.
[22] Multiplica los discursos del conflicto israelí-palestino,[23] por los que se deja llevar el sistema judicial europeo, y apoya a activistas de extrema izquierda como Toni Negri y las Brigadas Rojas.
Después de 1980, Deleuze volvió a escribir obras sobre otros filósofos: Spinoza.
En Le Pli, Leibniz et le baroque (1988), Gilles Deleuze retoma su reflexión sobre Leibniz y su metafísica mediante la metáfora topológica del pliegue, a través del historiador y filósofo de la ciencia Michel Serres:
Por una parte, después de finalizar sus estudios en 1948, se consagró a realizar monografías sobre filósofos (Bergson, Foucault, Hume, Kant, Leibniz, Nietzsche, Spinoza) y artistas (Bacon, Jarry, Kafka, Proust, Sacher-Masoch), las cuales, pese a su eminente valor didáctico, contienen las primeras instancias de consolidación de su propio pensamiento intelectual.
No obstante, con independencia del tema, Deleuze consistentemente desarrolló variaciones sobre ideas semejantes.
La diferencia en Deleuze es un sistema de relaciones diferenciales que crea espacios, tiempos y sensaciones particulares.
Según Kant, al asumir el contenido de estas formas y categorías como cualidades del mundo en tanto que existe independientemente de nuestro acceso perceptual, genera especialmente creencias metafísicas seductoras pero sin sentido.
Deleuze invierte el planteamiento kantiano afirmando que la experiencia sobrepasa nuestros conceptos al introducir las novedades, y esta experiencia pura de la diferencia actualiza una idea, irrestricta por nuestras categorías previas y forzándonos a inventar nuevas maneras de pensar.
Podríamos decir que es empirista posmoderno, asumiendo las formas de espacio y tiempo, pero estas categorías suprasensibles no determinan la trascendencia en la comunicación incorporando nuevas formas inusuales dinámicas que están fuera de nuestra percepción.
Es una evolución tecnológica, una mutación del capitalismo bien conocida que puede resumirse así: en la situación actual, el capitalismo ya no se basa en la producción, que relega con frecuencia a la periferia del tercer mundo.
Cabe destacar que estas opiniones de Sokal y Bricmont han sido criticadas por otros intelectuales, como el filósofo francés Jacques Derrida y el sociolingüísta Baudouin Jordant, al considerarlas tendenciosas o insuficientemente formadas respecto de los temas que estaban criticando (véase escándalo Sokal).
Su único papel en el cine lo hizo en la película de Michèle Rosier: George qui ?
(1973), interpretando al filósofo, teólogo y escritor político Hugues-Félicité Robert de Lamennais.