Creencias sobre vampiros

Desde una perspectiva psicoanalítica, el vampiro es considerado una sublimación del narcisismo y el complejo de castración, con una fuerte carga sexual.El folclore propio de poblaciones dispersas en numerosos países, como los romaníes o los judíos, que incluyen tradiciones sobre espíritus malvados similares a los vampiros, han ayudado a expandir el mito hasta conformar un conjunto firme de tradiciones al que se han dedicado muchos estudios desde las más diversas disciplinas.En palabras de Sigmund Freud: Ya que el mito del vampiro se nutre simbólicamente de elementos comunes a la naturaleza humana, se comprende su universalidad presencia constante en el folclore, incluso en la literatura y el cine actuales,[15]​ con frecuentes revisiones desde diversas perspectivas, sea el amor adolescente[16]​ o la ficción histórica.[37]​ Lamashtu es una figura cuya descripción es históricamente más antigua a la de Lilith y que influyó en su posterior mitología.Allí aparece como un demonio femenino que roba y asesina niños,[37]​ de manera similar a las lamias.[51]​ Capaz de transformarse en una mujer joven y hermosa, mediante esta argucia conseguía seducir a los hombres para después beber su sangre mientras dormían.[51]​ Al igual que Lamia, las estirges se alimentan de niños, aunque también buscan hombres jóvenes como presa.[67]​[70]​ En el folclore de los pueblos eslavos del sur, se creía que un vampiro debía pasar por varias etapas en su desarrollo.El vampiro, que era generalmente de sexo masculino, era también sexualmente activo y podía tener hijos, ya sea con su viuda o con una nueva esposa.El mismo talento se atribuía a las personas nacidas en sábado,[67]​ llamadas sabbatarios,[72]​ en búlgaro sâbotnichav,[73]​ y en griego sabbatianoí.Otros textos describen la costumbre de subir una colina hacia atrás con una vela encendida y una tortuga para evitar a los vampiros.[78]​ Para que un alma se convierta en un vampiro deben pasar nueve días tras la muerte del huésped y otro periodo de cuarenta días durante los cuales el etéreo vampiro es casi inofensivo, reduciéndose a turbar la tranquilidad de sus vecinos mediante gritos y temblores.Otras causas incluyen son que un gato saltase sobre la tumba, comer carne de una oveja muerta por un lobo, y ser maldecido.Niños que nacieran con el saco amniótico cubriéndoles la cabeza, un pezón de más, cola o abundante pelo,[85]​ estaban condenados a convertirse en vampiros.[92]​ En el segundo caso, Arnold Paole, un soldado retirado dedicado a la agricultura que al parecer había sido atacado por un vampiro años antes, murió mientras recogía heno.[93]​ Este caso de histeria, al que comúnmente se refieren los historiadores como la «controversia sobre vampiros del siglo XVIII», duró una generación.A pesar de esta condena, la figura del vampiro siguió desarrollándose en las obras artísticas y en las supersticiones locales.Calmet había acumulado una gran cantidad de informes sobre incidentes presuntamente relacionados con vampiros, incluyendo el trabajo Vernünftige und christliche Gedancken uber die Vampirs oder bluhtsaugende Todten (Pensamientos cristianos y sabios sobre el vampiro o chupasangre) escrito en 1733 por Johann Christoph Harenberg, filósofo, teólogo e historiador alemán.[101]​ Al contrario que otros vampiros mitológicos, no presenta afinidad con la sangre ni implicaciones de carácter sexual.[106]​ Su caso fue recogido por Janez Vajkard Valvasor en su obra Die Ehre des Hertzogthums Crain (El honor del ducado de Carniola) y por Erasmus Finx pocos años después.En Asturias destaca la Guaxa, la cual es descrita como una anciana vampiro que clava su único diente y succiona la sangre de sus víctimas.[131]​ Por su parte, Según teorías lasalianas, el pueblo ewé habla del adze, que puede tomar la forma de una mariposa y cazar niños.En la mitología azteca aparecen las cihuateteo, espíritus con cara esquelética surgidos de mujeres muertas durante el parto que roban los niños y mantienen relaciones sexuales con los vivos, volviéndolos locos.[2]​ En Bolivia se conserva la leyenda del abchanchu, una criatura semejante a un vampiro capaz de transformarse en un viajero anciano e indefenso.Además de las referencias mitológicas en la India, otros países asiáticos conservan tradiciones antiguas relacionadas con criaturas no muertas similares a vampiros.La tradición cuenta que se crean cuando el alma de una persona (pò, 魄) no abandona el cuerpo del difunto.Hay dos principales criaturas similares a los vampiros en Filipinas: el mandurugo (en tagalo «succionador de sangre») y el manananggal (en bisaya «auto segmentador»).[183]​ Otras tradiciones recogen leyendas acerca del pichal peri, una criatura con cuerpo de mujer distinguible por sus pies colocados al revés.[187]​ Kālī bebió toda su sangre sin derramar nada, con lo que pudo ganar la batalla y matar al demonio.Las mujeres vampiro podrían regresar, llevar una vida normal e incluso casarse, pero finalmente agotaban al marido con su apetito sexual.
Le Vampire , litografía de R. de Moraine en Les Tribunaux secrets (1864).
Estatua que representa a dos vampiros en el Templo del Mono (en el bosque de Ubud , Bali , Indonesia ).
Lamia de John William Waterhouse (1909). Véanse las serpientes cerca del talle.
Grabado titulado Les vampires en el frontispicio del libro Histoire des vampires et des spectres malfaisans: avec un examen du vampirisme , escrito por Jacques-Albin-Simon Collin de Plancy , publicado por Masson, París , en 1820.
Ilustración para Varney el vampiro (1845-1847), de James Malcolm Rymer , una de las obras sobre vampiros clásica que recoge muchas de las tradiciones del este de Europa.
Presunto kit para matar vampiros vendido en Boston , c. 1840, para viajeros a Transilvania .
Capitel en la cripta de la Catedral Nueva de Vitoria , España , representando a una criatura semejante a un vampiro con su presa.
El ave martillo , una manifestación del impundulu en algunas tradiciones africanas.
Figura azteca de Cihuacóatl , relacionada con las cihuateteo .
Estatua de Rangda , personificación del mal en la mitología balinesa y reina de las leyak .
Dibujo que representa al clásico vampiro descrito por Bram Stoker en Drácula . Esta figura es tan común que ejemplifica el paradigma del vampiro.
Frontispicio de la edición de 1558 del Zohar .