El religioso Bernardo Drüg Ingerman calculó que la población bribri sumada a la cabécar alcanzaba unos veintisiete mil indígenas a la llegada de los conquistadores europeos, pero otros han estimado que la población podría haber sido más numerosa.
[2] En general, los bribris han conservado su lengua en su registro oral, aunque se hace un gran esfuerzo para alentar su escritura.
Se dedican, asimismo, a la cría de cerdos, cazan aves y pescan.
Su más importante expresión artesanal es la cestería y la fabricación de instrumentos musicales, para lo cual utilizan diversos insumos naturales.
No es raro que una casa bribri se encuentre a una hora de camino del vecino más próximo.