Una entidad espiritual, ser espiritual o espíritu, en la historia de las religiones, folclore o etnografía es un fenómeno que puede definirse de diversas formas, según el contexto histórico y la tradición en que se emplea el término.
Se pueden designar entidades espirituales a seres inmateriales, agentes sobrenaturales, fantasmas, almas de persona fallecidas, almas residuales (compuestas por la energía espiritual y emociones residuales que en ocasiones dejaría un alma al morir); así como también proyecciones del cuerpo sutil de las almas de personas gravemente enfermas.
[2] En el siglo XVII, entre los espíritus se incluían: ángeles, demonios y almas incorpóreas.
[1] La filosofía natural en Occidente sigue estando caracterizada por el pampsiquismo, es decir, por una visión según la cual cada objeto o elemento de la realidad está impregnado de una conciencia: hasta el Renacimiento, la Naturaleza se concebía enteramente viva, animada por fuerzas sensibles o centros energéticos (mónadas).
[7] En cualquier caso, la creencia en espíritus parece ser un rasgo común de todas las religiones.