En anélidos parásitos, platelmintos y gusanos redondos, son órganos de sujeción a los tejidos del huésped.
[1] En gusanos redondos y platelmintos sirven como dispositivo de unión entre individuos, particularmente durante el apareamiento.
[2] La estructura y el número de ventosas a menudo se utilizan como indentificadores taxonómicos básicos, ya que son únicos en cada especie.
Los cefalópodos se caracterizan por sus largos apéndices que utilizan para la locomoción y la sujeción de objetos.
Ambas estructuras son músculos densos y están cubiertas de una cutícula quitinosa que forma una superficie protectora.
Cuando la ventosa se adhiere a un objeto, el infundíbulo proporciona adhesión mientras que el acetábulo central queda libre.
[5][6] En la clase Turbellaria, solo las especies del orden Temnocephalida son parásitas y poseen un disco adhesivo.
Debajo de la membrana apical (del extremo) hay muchas vacuolas y cuerpos densos.
[8] Los udonélidos son gusanos platelmintos simbiontes a los peces, en cuyo cuerpo permanecen adheridos usando una ventosa.
En otras especies como Anoplodiscus, la ventosa es una extensión posterior, conectada al cuerpo principal mediante un pequeño tallo.
[8] Los gusanos redondos parásitos, como las especies de los géneros Ascaridia y Heterakis, poseen una única ventosa en el extremo posterior del cuerpo, justo por delante del ano, por lo que a menudo se lo denomina ventosa preanal.